lunes, 7 de noviembre de 2022

Hellin. ...la otra mirada.Juan López Docón.


 Este es un vídeo de fotografías de hellin para el recuerdo.

A este video le puse de nombre Hellin. .la otra miradas, espero les guste.

Fotografía del Mercado de abastos. Rafa Gallar.

Fotografía del antiguo  mercado de abastos, recuerdo que hasta por las calles habían puestos de venta. 
Que bellos recuerdos,  cuándo éramos niños y íbamos con nuestra madre a comprar. 

Auxiliadora, la santa de San Rafael. José Martínez Olivares.



Auxiliadora, la Santa de San Rafael 
La Engracia cuando Juana era apenas un comino, la llevó a una curandera del Pozo de los Perros que tenía mucha fama poniendo las manos. La chiquilla tenía unas migrañas terribles y ningún remedio conocido era capaz de aliviarla. La mujer le tomó la cabeza con las manos mientras musitaba una jerga ininteligible. Juana sintió inmediatamente alivio y su rostro se iluminó, desapareciendo el rictus de dolor: -ya estás curá nena, le dijo la Serafina dándole un cachete.
-No me duele mama-le dijo a la Engracia
-¡Hay que ver que manos tienes Serafina! Dijo la Engracia mientras le daba unas monedas.
Juana jamás volvió a tener migrañas, ni necesitó los auxilios de ningún curandero. Ella nunca tuvo una preparación, pues apenas estudió salvo la primaria, pero adquirió unos conocimientos autodidactas gracias a su curiosidad innata.
A pesar de su experiencia en la niñez, no creía en videntes ni curanderos. Tenía el convencimiento que la existencia de curanderos, videntes y brujos en algunos lugares era una consecuencia del aislamiento, la incultura y la superstición. Ella había leído que la brujería sucedió a la magia en las sociedades primitivas y que ésta última es el estadio anterior a la implantación de las religiones.
Durante muchos años, no volvió a ver, ni oír hablar de curanderos. A su regreso del exilio, oyó hablar de una vidente a la que llamaban la santa que recibía en la calle de San Ginés, en el cerro de San Rafael, muy cerca de su casa. Tenía una gran fama entre las gentes humildes, pero también acudían a su casa gentes de bien que cansadas de que la medicina tradicional fuera incapaz de curarles, acudían a la Auxiliadora, que así se llamaba, llenos de esperanza.
La Ramona le tenía mucha fe y decía que tenía un don especial que le hacía dar un diagnóstico certero y sabía dar con el remedio, unas veces con medicinas tradicionales y otras con hierbas medicinales que ella misma recogía en los campos cercanos.
-La gente acude desde muchos sitios de la región y hasta de Valencia han venido algunos- le dijo la Ramona
-Yo creo que es más ignorancia y superstición que otras cosas. El último recurso de gente desesperada- dijo la Juana.
-Ella no utiliza medios espirituales, solo físicos. No es una vidente en sí que embauca a las gentes hablando de santos y deidades Juana-
-¡Odo! ¿Y dices que es eficaz?-
-En aquellos males que no necesitan cirugía, sí. Las enfermedades mentales, emocionales, físicas y espirituales son su especialidad-
-¡Alumbra! Pues le voy a mandar al Eugenio que anda un poco neurótico-
Durante un tiempo se olvidó de la santa y prosiguió con su vida rutinaria. Pero un cólico nefrítico la llevó a don Eulogio que le prescribió unos calmantes y una dieta. Pero éstos cólicos se repitieron de forma obstinada y los remedios del médico de la calle de Eras no eran efectivos.
Un día la Ramona le sugirió que fuese a ver a la Auxiliadora:-Sé que tu no crees en los curanderos, pero no te costará nada probar-
-¡Atiuste! Eso de que no me va a costar nada lo dices tú-
-¡Mujer! Es una forma de hablar. De todas maneras ella cobra la voluntad-
La recibió en una salita con mesa camilla con sayotas en la que se escondía un brasero acogedor, pues el frío en Hellín ese día era de pronóstico.-Buenas tardes le dijo respondiendo a su saludo. Siéntate junto a mí y no digas nada y estate quieta mientras yo no te diga lo contrario- Juana se sintió un poco intimidada ante el silencio sepulcral que se hizo y se estremeció un poco.
-Relájate y abandona tu prevención nena que no te voy a comer- dijo mientras sonreía ligeramente.
La salita apenas tenía muebles y carecía de estampas y de símbolos religiosos. Le puso las manos en la cabeza y Juana observó cómo sus ojos muy abiertos, giraban de sus órbitas mostrando el blanco amarillento de los globos oculares.
Permaneció de esta guisa durante unos instantes que a la Rubia se le hicieron eternos. De pronto sus ojos volvieron a su ser, y mirándola le dijo: -Nena, tienes una china en el riñón-
Y tomando papel de un bloc escribió con letra torpe: Araldit- Vete a la farmacia de Precioso y compra esto. Te tomas una pastilla por la mañana y otra por la noche hasta que veas que los dolores desaparecen-
Tomó pelo de panocha de panizo y lo envolvió en papel de estraza:-Tomate una infusión de pelo de panocha todas las mañanas en ayunas. Creo que esto será suficiente. Si no ceden los dolores, tendrás que operarte nena-.
El diagnóstico resultó correcto. Pero la piedra era tan grande que tuvo que ser operada en Albacete unos meses más tarde. Las radiografías le dieron la razón a la Auxiliadora y Juana todavía no sabe cómo la curandera pudo adivinar que tenía una piedra en el riñón. Ni quiere saberlo, pues todavía siente escalofríos cuando ve aquellos ojos.

sábado, 5 de noviembre de 2022

Fotografía los caños de la portalí. Juan López Docón.

Bonita estampa de esta fotografía de los caños de la  portalí. Donde íbamos a cojer agua en antaño hoy ha cambiado mucho una gran pena qué estas bellezas antiguas se pierdan.
Fotografía del archivo del autor. 

Fotografía de Mariano Tomás López. Juan López Docón

Fotografía  de el  hellinero, Mariano Tomás López .
Poeta, dramaturgo, periodista y escritor . Esta fotografía es cuando era joven. 

Aparece en la Revista Macanaz , otro articulo de otro de nuestros paisanos.Juan López Docón


Aparece en la Revista Macanaz , otro articulo de otro de nuestros paisanos







Mirando en mí archivo encontre esta cronica que realizó nuestro paisano, en la revista literaria Macanaz.
Hoy años despues de su publicación es bonito volver a leer este escrito




CITAS:
El carácter que, desde luego, salta a la vista de aquella sociedad española del siglo XVI, continuada en el siglo XVII, en eso que se llama Edad de Oro (y no Siglo de Oro, porque comprende dos siglos), la nata fundas mental y característica es el fervor religioso, que se sobrepone al sentimiento del honor, al sentimiento monárquico y a todos los que impropiamente se han tenido por fundamentales y primeros; ante todo, la España del siglo XVI es un puebla católico; más diremos, un pueblo de teólogos.
M. MENENDEZ PELAYO: Crítica literaria.




HELLIN AL DIA"La Fuente Principal"








Por Juan FAJARDO EGEA( Peteneras)












LA Puente Principal es la riqueza más positiva con que cuenta la Ciudad. Las serenas y cristalinas aguas de esta fuente, fueron espejo de bellas mujeres hebreas, a cuya raza se atribuye la fundación de la villa. Y estas aguas recibieron la bendición cristiana para bautizar a nuestros antepasados, y ellas, generosamente, apagaron la sed ele tantos guerreros que, según la historia, pasaron por nuestro solar patrio, ya fuera en pro o en contra de los moradores de la villa, y sigue hasta nuestros días discurriendo, serena, generosamente, para dar vida y alegría a nuestra huerta, a nuestra existencia.
Su historia viva, que va de boca en boca, pasando de generación en generación, nos ilumina con algún deje popular entre las tinieblas del origen de esta fuente, confirmando esta historia viva algún apunte histórico sobre nuestro pueblo
De tales datos, deducimos que el llamado <> y la calleja del mismo nombre, tienen su origen en que las aguas de la Fuente Principal discurrían por aquellos lugares, formando un riachuelo, siendo, sin duda, este huerto y la calle el lecho del río, por derivación o prolongación del conocido paraje de «La Rivera».
Por doquier se observa que el hombre jamas se pudo alejar de esta rica fuente, denotándolo, entre otros hechos, los siguientes:
En el año 1925, a 109 dieciocho siglos de su enterramiento, en una tejera propiedad del industrial don Vicente GARAULET ROCA, donde se hacían excavaciones, fué dado a luz un mosaico romano, que se supuso originario del siglo segundo de nuestra Era, motivando el tan importante hallazgo la edición de un folleto, del que fueron autores don Joaquín SANCHEZ GI MENEZ y don Pedro CASCIARO PARODY, de ALBACETE.
Este mosaico denota la existencia de una suntuosa villa romana situada al abrigo de los vientos del norte por una suave loma, a la margen izquierda del que fuera riachuelo de este manantial y próxima al mismo
Más tarde, los árabes situaron SU castillo en la cumbre de la colina más próxima a las aguas, pudiéndose apreciar todavía algunos restos de los muros de tal castillo, a cuyos pies fué formándose, en cinturón, la población
Y cada manifestación de vida, de actividad humana, se nos muestra próxima a estas aguas, atraídos por la generosa maternidad del manantial, uniéndose por un lazo de siglos a sus márgenes.
A medida que la vida fu¿ creciendo, sintió la necesidad de que las aguas llegaran a su seno y sabiamente las condujo el hombre, por medio de unos tubos de barro colorado, al centro de la población.
Y cantaron las fuentes públicas una canción alegre y cristalina. Y las bellas mozas llenaban sus barrigudos cántaros, hechos del mismo barro encarnadizo de las arterias que encauzaban el líquido. Y en las amanecidas primaverales, como en las trasnochadas invernales, las mozas distraían el tiempo de llenar sus vasijas con la charla, tímida y ardiente a la vez, de los zagales, junto a estas fuentes. Y el agua fluía, llenaba con ruidos de oquedad las vasijas, y luego que las mozas volvían la espalda, el agua se derramaba, saltaba, corría por las pendientes calles, formaba charcos y hasta lodazales; pero fluía, seguía fluyendo lenta, continuamente.
Una de estas primitivas fuentes dió nombre popular a una calle de la villa, a la «Cuesta del Caño>>. Y en ese lugar donde se yergue orgulloso un antiguo caserón, donde por vez primera, viera la luz el ilustre hijo de HELLIN don Melchor de MACANAZ, cuyo apellido, más tarde, diera nombre a esta calle, eclipsando con su brillo el popular y arcaico nombre que el caño impusiera a la misma.
Corre el tiempo. La civilización desvía estas aguas, destruye las arterias de barro colorado, suprime las cantarinas fuentes públicas en su mayoría, y, valiéndose del cemento y la energía eléctrica, eleva el nivel de estas aguas, llevándolas hasta las ruinas del castillo árabe, y se logra altura y mayor zona de utilidad de las mismas, pero se pierde frecuencia en el abastecí. miento público. El pueblo recuerda con cierta melancolía aquellas sencillas fuentes públicas que, con su alegre y continua canción, le ofrendaban agua hasta derramarse, lenta, pero continuamente, y que, en las amanecidas primaverales y en las trasnochadas invernales, las mozas embelesaban sus amorosas charlas con la dulce música de los populares caños. En la mutación de las costumbres, en este correr alegre y confiado de la vida moderna, el hombre también ha apartado sus ojos del bello paraje de este inagotable manantial; y allí no proyecta sombra ningún árbol; ni cantan pajarillas; ni buscan miel las abejas en las flores;: ni es oasis en el fulgor agosteño; ni se ve placentera piscina donde bañar infantiles cuerpecitos, protegidos por la acogedora sombra de unos árboles ; y todo allí va muriendo lentamente; árboles, arbustos, hierba; dejando una sombra triste en derredor a esta riqueza viva y peremne; y sólo hay ruinas, escombros, soledad. Todo porque el hombre ha apartado su mirada, ingrato, de este bello lugar, donde tanto beneficio, tanta paz y tanta gracia tiene, y se ha alejado, influenciado por los vientos tormentosos de la vida moderó ña, hacia otros lugares más inquietos, de más actividad y de más fugaz diversión, ignorando que al dirigir su mirada a esta fuente y honrarla como merece, mostraría ante Dios que aun en la fría Era de la bomba atómica v de los duros materiales, como el hierro y el cemento, existen hombre, de alma tierna, con buena voluntad y con deseos de agradecer el bien que de Él reciben.
Olvidando las ingratitudes, la Fuente Principal, con su agua [rasca y cristalina, sigue manando, manando... Y sus serenas aguas son ofrenda inagotable y generosa al hombre moderno, duro y olvidadizo. Ella, sabia como la Naturaleza, no desmaya y confía en que el dulce arrullo de su in finita canción hará que el hombre vuelva sus ojos y se mire en su claro espejo, como lo hicieran aquellas mujeres hebreas que por primera vez la vieran, y entonces, le mirará, le embellecerá y le colmará de bendiciones.

Una fotografía que me dio D.Antonio Millán , de la puerta que diseñó su abuelo Justo Millán Espinosa. Juan López Docón.



Os dejamos esta fotografía de la Ermita del Rosario sobre la década de el año 1870s, probablemente la más antigua que se conserva, en la que se puede ver ya ejecutada la soberbia portada de rejería diseñada por el arquitecto hellinero Justo Millán Espinosa y al menos la base de la torre, pero en la que se aprecia al fondo cómo todavía no se había reformado la Ermita y otorgado su aspecto actual.

Fotografía cedida por D.Antonio Millán, archivo del autor. 

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