domingo, 14 de enero de 2024

Ay, CUARESMA QUE NOSTALGIA ME DAS! Sol Sánchez

¡Ay, CUARESMA QUE NOSTALGIA ME DAS!

Hoy comienza la Cuaresma. Y es curioso. Por muchos sitios en los que esté..., la Cuaresma solo me huele a un lugar: Hellín.
Lo mismo me sucede con la Navidad, la Semana Santa, la primavera, las flores de los almendros, o el turrón.
Quizá por eso he elegido una foto en blanco y negro para que acompañe este texto. 

Esas irrepetibles fotos de aquellos fotógrafos que retrataron  el paso de las Cuaresmas y las Semana Santas por Hellín  y que hoy con su ausencia me recuerdan que, todo llega, y todo se va...

Hay veces en las que entro a este grupo virtual y veo cosas que no tienen que ver con Hellín y pienso: ¡Madre mía, cuántas cosas tenemos cada uno de nosotros para contar! y ¡Cuántas cosas callamos!

Algunos porque no encontramos las palabras para plasmarlas, y otros porque las queremos olvidar.

Porque, inevitablemente, cada nueva Cuaresma nos recuerda tiempos pasados. Y de verdad que en ocasiones me pregunto: ¿Y dónde esos tiempos estarán?

¿Se esfuman como el humo de los cigarrillos, o, en nuestro corazón, para siempre habitan ya?

Mi madre ya nerviosa sobre su silla en la comida recordándonos que, ya no comeremos carne los viernes durante un mes.

Y yo mirando a mi padre al que, a partir de este día le iría creciendo la barba como no lo hacía en ningún otro día del año, porque es una de esas promesas que los hellineros cumplían hasta el final.

La tarde especial que tendríamos en la escuela. Todos en fila y en silencio hasta los Capuchinos donde el cura nos pondría la ceniza sobre nuestra frente. Y al salir todos nos diríamos que esa ceniza es de los muertos y se nos revolvería el estómago del miedo.

La Cuaresma siempre tenía un baile pendiente con el Carnaval.

Noche de fritillas y chocolate. Noches de dormir en la casa de mis abuelos porque si alguien hacía las fritillas sabrosas y buenas era ella; mi abuela Soledad.

El callejón de Barbarroja era una mezcolanza de olores de fritillas que salía a través de las rendijas de cada casa, mientras que los palomos gorjeaban en el palomar.

Esta semana Santa hará frío pa sacar las sillas viernes Santo por la noche a la calle de San Antonio....-decía mi abuela muy segura.

Atiusté que cosas tienes...pos no falta ná-se enfadaba mi abuelo.

Porque a él lo que le importaba era ir tachando los días en el almanaque, ese que todos tenían sujetos con una chincheta en las paredes de las cocinas y que se lo había dado algún taller de coches, o tienda de barrio, a la espera de que llegara su hermana que vivía en Madrid y su sobrina que estaba en Barcelona.

A él le gustaba que la casa se llenara de gente y así poder fumarse sus cigarrillos sin que la abuela le riñera.

Ese abuelo que tantas mañanas de Viernes santo me recogía junto a mis primos en mi casa. 

Recuerdo que la salida del sol de ese día era mágica; la subida por las Columnas, el sonido de los tambores, el saludo de la gente conocida, los colores de las distintas túnicas que me parecían como florecillas silvestres decorando los campos. Los ancianos sujetos a sus garrotas arreglándose las boinas en ese penúltimo intento por llegar un año más.  Ver a mi padre entre los tamborileros que esperaban en el Calvario sin dormir en toda la noche. Yo subía rezando por el camino de tierra para que mi padre no hubiese bebido más vino de lo normal.

Y la fe. ese sentimento tan profundo que, desde que comencé a respirar me transfirió mi padre, y mi madre, y mis tios y abuelos.

Esa fe que solo tiene un nombre: Hellín.

La Semana Santa me gustaba porque siempre estrenaba algo el Domingo de Ramos. Y porque vería el puesto de una señora que cada año se instalaba cerca de la Parroquia exponiendo decenas de gafas de sol que yo quería comprarme y que nunca conseguía. Costaban setecientas pesetas y eso era mucho dinero.

Y en la adolescencia me encantaba porque esas noches se llenaban de chicos de otras ciudades con los que acabábamos intercambiándonos direcciones para podernos cartear.

La Cuaresma en este 2023 me llega repleta de recuerdos de hellineros y hellineras que no están. Y que ya no estarán nunca más.

De puertas cerradas por las que paso e intento mirar a través de las ventanas para recordar que allí vivió una amiga del colegio, un amigo de mi hermano, un vecino, y cuyas madres siempre estaban dispuestas a dejarnos entrar.

Tampoco faltaban las abuelas desgranando las habas y recordando tiempos pasados en los que sus abuelos y su gente también habían dejado de estar.

No había salón en el que no apareciera un tambor para arreglar, para limpiar. Ni túnica a la que no había que bajarle el ruedo, o coser algún roto del año anterior, o simplemente agregarle un retal que siempre sería de color más oscuro.

No sé por qué pero los santos tenían más velas encendidas en la Parroquia a partir de este día, y las horas en el reloj de la Iglesia ya tenían un sonido especial.

La castañera junto al quiosco azul sabía que pronto debería retirar sus ascuas y las castañas, porque ella era invierno y la primavera comenzaba a despuntar.

Pronto las habas llenarían el Mercado, y las tiendas de los barrios comenzarían a vender más harina, huevos y tomates de lo normal.

Y Ruescas escribiría sus columnas y los poetas comenzarían a recitar. Y las rosas de la Rosaleda comenzarían a abrirse para llenar el jardín del aroma a manzanas con caramelo, panecicos y bacalá...

Y la máquina de mi padre crearía carteles a todo color, y el maestro Picazo a su banda por las tardes pondría a afinar, mientras que por las mañanas muchos serían los zapatos que tendría que arreglar.

Y en Ripoll y Paco Mechas no pararían de vender hilos y botones y en el bar de Pepiche los bidones de cerveza comenzarían a llegar.

Mientras que Pepera ataría globos a su carro para que los niños pudieramos jugar.

¡Ay, Cuaresma. Eres de lo poco que siempre está!

jueves, 14 de diciembre de 2023

Feliz Navidad Juan López Docón.

Hoy como todos los años y  con esta felicitación pintura de Hellín de José Martínez Olivares. 
Felicitaros a todos nuestros seguidores y amigos las fiestas de Navidad.

miércoles, 13 de diciembre de 2023

Miradores y balcones. JOSÉ MARTINEZ OLIVARES.

Miradores y balcones

Las ciudades acantiladas como Ronda, Cuenca, Vejer o Arcos de la Frontera, tienen amplios miradores sobre el cantil que les dan un plus además de la belleza de la ciudad. Hellín es una ciudad enriscada y los cinco cerros en que se asienta le hacen ser una ciudad de “vistas” tanto desde el entorno , como desde la ciudad. Desde la ciudad, son infinitas las vistas, pero se pueden señalar las del mirador del Castillo que permite una gran panorámica de la ciudad y las torres de la Asunción, San Rafaél y San Roque; el del calle Cumbre del Cerro Barbudo desde el que se contempla una panorámica del barrio y Cerro del Pino y la Avenida de la Libertad; el del Rosario desde el que se puede observar el Atajadero, los cerros de santa Bárbara y el Campillo, el Calvario, la Cruz de la Langosta, y los campos que se van difuminando camino de las sierras que se adivinan delicuescentes. Desde la cimera del Calvario la panorámica y el skay line hellinero son de una gran belleza visual y pictórica, como lo es desde la Virgen del Pino y el Cuco. También se pueden observar vistas desde la Carretera de Agra y la de Jaén y sin despreciar las de las calles Aire, Oso, Alba y Lobo en la cima del Cerro Barbudo. Una ciudad para mirar desde ella y para admirar desde el exterior.

Nota.-El texto y las fotos son mías excepto la calle del Lobo y Oso que son de Campillo y los balcones desde el Castillo que es de Sagredo y el balcón desde arriba del Rabal que es de la Plataforma del Casco Antiguo. La panorámica de la Virgen del Pino y de la carretera de Liétor, ignoro su autoría.

José Martínez Olivares




martes, 12 de diciembre de 2023

ORGULLOSA JOSÉ MARTINEZ OLIVARES. Sol Sánchez

ORGULLOSA DE JOSÉ MARTINEZ OLIVARES.

Cuando conocí a Olivares me sentí orgullosa de él por el emotivo trabajo que hace y dedica a su pueblo, nuestro pueblo.

Quizá, no estamos en tiempos en los que se valore el arte y ese "don" único y particular que tiene Olivares, pero aquellos que seguimos su obra, lo disfrutamos con ilusión, tanto sus acuarelas como esas historias que nos va relatando con su gran maestría.

La de veces que se me pasa el tiempo frente a sus acuarelas, buscando detalles que me llevan a mí misma. Cada vez que deseo transmitir un sentimiento sobre Hellín, las busco y las publico porque definen a la perfección el ambiente y la magia hellinera.

Siempre esperé encontrar un libro con su firma en Hellín, y afortunadamente ya podemos adquirirlo para que, por siempre permanezca en nuestras estanterías. 

Para deleitarnos a través de las letras de las peripecias de Juana la Rubia, que nos llevan hasta los antiguos cañicos del pueblo hellinero y nos adentran en tantas y tantas historias cotidianas con ese lenguaje que solo los hellineros conocemos.

Me alegra mucho poder escribir estas letras como agradecimiento a tu libro, que ya es nuestro libro. Para poder decir, una vez más, que siento un gran orgullo al tenerte como paisano, y confesar a los cuatro vientos que soy una de tus más fervientes admiradoras. 

Sé que tendrás toda la suerte que te mereces con la venta del libro. Y espero que eso te haga plantearte un nuevo trabajo para publicar.

De venta en calle López del Oro, 3 (frente a Bar La Cabaña) en la bonita tienda de encurtidos de Ana.

Un fuerte abrazo.

lunes, 11 de diciembre de 2023

CUÉNTANOS NIEVES, LO QUE HAY EN EL CIELO EN NOCHEBUENA. Sol Sánchez.

CUÉNTANOS NIEVES, LO QUE HAY EN EL CIELO EN NOCHEBUENA.

Cuando era pequeña, en mi mente, la gente no se moría en Nochebuena. No, eso no podía ser. ¡Era imposible!

En la Nochebuena nace la gente. Yo nací esa noche y siempre me ha encantado conocer a otras personas que llegaron en un día tan especial.

Por eso, en Nochebuena estaba prohibido las tristezas, y por encima de todo; las despedidas.

Este año, justo en ese momento en el que estaba sentada en la mesa rodeada de los mios, nos llega la noticia de una hellinera conocida y querida en nuestro Hellín: Nieves, la madre de..., la esposa de Cabrera, (también querido y recordado en nuestro pueblo) se ha ido.

Y algo no me cuadra. Y algo no acepto. Y solo me queda imaginarme que, hay un lugar, llamado cielo, en el que también se nace en una noche tan especial como Nochebuena.

Un lugar en el que, nada es ajeno porque mucha gente querida, familiares y paisanos esperan. 

Y quizá sea un momento mágico para realizar ese viaje, porque en el camino cantan los ángeles, y hay una luz especial, y las estrellas están formadas para que sobre su brillo pasen los que en Nochebuena en el cielo han decidido entrar.

Y entonces comprendo que, Nieves debe sentirse feliz, porque la gente en la tierra se reune en Nochebuena y, es lo que ella hará en ese lugar especial: volver a encontrarse con sus padres, amigos y con su Pepe a quien necesitaba ver ya.

Asi que, cuéntanos Nieves, aunque sea en los sueños: ¿Qué hay en el cielo en Nochebuena? Cuéntanos si están los hellineros que se marcharon y, desde allí, de vez en cuando, haznos una señal desde tu estrella, la misma que hace unos días has decidido habitar y hacerla brillar.

domingo, 10 de diciembre de 2023

"RACATAPLÁN..."Sol Sánchez

"RACATAPLÁN..."
Hacía tiempo que no asistía al acto de presentación del cartel y las revistas de Semana Santa. 

¡Hacía tanto tiempo que casi lo había olvidado!

Pero cosas de la vida que, por otras circunstancias familiares he venido a Hellín y parece que el destino ha ido trenzando hebras para que acabara en la presentación de ayer en el teatro Victoria.

A la salida he sido de las primeras en marcharme y caminando por las solitarias calles de Hellín, respirando este aire tan cálido he tenido la sensación tras el acto de que el perfume de la primavera venía conmigo, a mi lado. 

Para recordarme que, la Semana Santa no es solo una fiesta, una tradición... La Semana Santa de Hellín es hogar. 

Tu hogar. Mi hogar.

Este acto me ha mostrado que la sencillez va unida a la belleza. 

Fue una gala repleta de detalles sencillos que define a la gente de Hellín y además muy emotiva porque, entiendo que, es imposible que todos y cada uno de nosotros no recordemos a los que se han ido, y sobre el escenario las palabras acompañadas de los violines cantaron al cielo que: nadie se va para siempre.

Los tambores dieron la bienvenida a la ceremonia. Para rememorar que ese “racataplan” ha sonado desde principios de nuestra historia.

Que el “racataplan” es como un cordón umbilical por el que estamos unidos.

Es nuestra herencia como hellineros; no nos quedará una casa, y quizá tampoco un pedazo de tierra. Pero nos quedará grabado en las entrañas el “racataplan” que nos conecta y nos distingue.

He comprendido más sobre el sentimiento de la emoción al ver la imagen del cristo en los brazos de la Esperanza y he sentido en lo más profundo de mi ser que hay cosas que con los años no cambian: me emociona la risa de un niño, el llanto de un anciano, y me emocionarán por siempre nuestras imágenes, sus expresiones, su significado.

¿Os habéis planteado alguna vez al mirar la cara de la Dolorosa, cuántos de tus antepasados la habrán mirado? La de promesas que guardará, la de llantos y especialmente de miradas humildes, de honradez y gente buena que en ella moraran.

De vuelta, he mirado al cielo para recordar esa luna llena que pronto llegará para asomarse por las calles y contarnos con su presencia que en Hellín la vida pasa, que aquellos que ahora lo habitamos, sus calles y barrios se irán transformando..., pero las primaveras volverán acompañadas por el aroma de las flores de los almendros; y nunca faltará en las manos de los hellineros un caramelo, ni en las calles un nazareno, ni se secarán las lágrimas de la Soledad, nunca faltará un recuerdo, ni un adiós, ni hellineros por llegar y jamás desaparecerá el RACATAPLÁN.

He elegido esta foto de José Antonio Maciá a la que he añadido una luna llena.

sábado, 9 de diciembre de 2023

Día de las mujeres Sol Sánchez

Hoy es el día de las mujeres, y yo, quiero dedicarle mis letras a ese grupo de mujeres que nacimos en los años sesenta y setenta. 

Aquellas que estamos cerca de la jubilación, o ya la hemos conquistado. 

Que por circunstancias dedicamos años de nuestra vida a los hijos, pareja, hogar y, que ahora muchas de ellas están dedicadas al cuidado de los mayores.

Pero por encima de todo me quiero centrar en las que, han perdido parte de la ilusión: matrimonios desgastados, hijos que vuelan del nido, padres que envejecen y se convierten en dependientes. Menopausia. Soledad. Una sociedad que nos grita constantemente que el mundo y las oportunidades son para las jóvenes, bellas y estilizadas. Y aquellas frases de nuestras abuelas que nos decían: "Primero los otros y tú para el final".

Para aquellas que piensan que poco queda por hacer. Que se abandonan a su suerte y miran al horizonte sin inquietudes.

A veces creo que, todas deberíamos tener un manual en el que se nos dijera que, en esta vida tenemos que estar enamoradas, sí, con letras mayúsculas ENAMORADAS. De nuestra pareja, y al no ser posible por la razón que sea, enamoradas de otra persona, me da igual.  

Porque la ilusión del enamoramiento nos llena de vida, de chispa, de esperanza, de mirarnos al espejo, de extraer nuestra mejor versión. De la enriquecedora sensación de sentirnos queridas, deseadas, soñadas…

Porque cuando la música del enamoramiento late en nuestro interior, nos ponemos el vestido de la juventud, nos resta años, y no solo entregamos lo mejor de nosotras, es que, al contemplarnos con nuestros propios ojos; nos queremos más.

Y seguro que habrá personas que piensen: ¿Estás loca? A las que les respondo: NO. Porque hay parejas que viven encadenadas y eso te roba la felicidad como individuo. 

Bastante ejemplo tuvimos ya siendo niños, en una época en la que fuimos testigos de parejas infelices que así finalizaron sus vidas.

Otro de los puntos que me parece importante destacar es, descubrir nuestro potencial. 

Lo que somos capaces de hacer y crear. 

Esas cosas a las que nunca nos hemos dedicado por falta de tiempo y que llevarlas a cabo nos llena de paz interior. 

No dejemos pasar esa oportunidad. El tiempo se ha encargado de tapar esa faceta y hay que desempolvarla del armario del olvido.

Hace poco aquí en Suiza descubrí a una señora de ochenta años que vende tartas por internet. Una de sus aficiones siempre ha sido la cocina. Y hace unos años con la pandemia comenzó a hacer dulces que su nieta le subió a una web, y ahora es feliz porque le llueven los encargos.

Es un ejemplo que me hizo pensar en las posibilidades que revolotean a nuestro alrededor y no somos capaces de verlas porque estamos lamentándonos por otras cuestiones que nos hunden y paralizan. 

¡Mírate interiormente! Descúbrete. Pinta, escribe, modela, lee…Busca tu cualidad y muéstrala al mundo.

Hagamos todo aquello que nos da miedo. Saltemos las barreras que nos hacen decir: “No, yo ya no soy capaz”. “No, no puedo”. “Si, a buenas horas…”. Hacer aquello para lo que no nos consideramos preparadas nos llenará de oxígeno y fuerza.

Hagamos deporte, cuidemos nuestra alimentación. Salgamos de las informaciones y personas tóxicas y valoremos cada nuevo día en el que podamos respirar con salud, porque es el mejor regalo que podemos tener si lo sabemos aprovechar.

Mis letras van dedicadas a esas mujeres que flotan sobre una pequeña tabla en medio de un océano de dudas. 

Mujeres olvidadas por ellas mismas. 

Mujeres con las que me cruzo y van a visitar al psiquiatra. 

Mujeres que creen que todo ha llegado a su fin. 

Mujeres que aceptan (como diría mi abuela) lo que les ha caído.

Hace tiempo que, ya no cuento la vida por años. He aprendido a hacerlo por días. Y cada día debe ser el mejor. Asi que, mirémonos al espejo y pronunciémonos a nosotras mismas: Te quiero. Te acepto y TÚ puedes

Y yo te digo: FELICIDADES amiga, porque si por mil razones distintas hoy lees estas letras desde un día ceniciento y gris; si tú quieres y lo intentas, mañana puede ser el mejor.

Entrada destacada

Atambor XXIX Antonio del Carmen López Martí

Atambor XXIX Ya que estamos en el mercadillo medieval de Hellín, no está más de recordar que dos alcaldes de Hellín uno en 1483, Juan de Val...