Miradores y balcones
Las ciudades acantiladas como Ronda, Cuenca, Vejer o Arcos de la Frontera, tienen amplios miradores sobre el cantil que les dan un plus además de la belleza de la ciudad. Hellín es una ciudad enriscada y los cinco cerros en que se asienta le hacen ser una ciudad de “vistas” tanto desde el entorno , como desde la ciudad. Desde la ciudad, son infinitas las vistas, pero se pueden señalar las del mirador del Castillo que permite una gran panorámica de la ciudad y las torres de la Asunción, San Rafaél y San Roque; el del calle Cumbre del Cerro Barbudo desde el que se contempla una panorámica del barrio y Cerro del Pino y la Avenida de la Libertad; el del Rosario desde el que se puede observar el Atajadero, los cerros de santa Bárbara y el Campillo, el Calvario, la Cruz de la Langosta, y los campos que se van difuminando camino de las sierras que se adivinan delicuescentes. Desde la cimera del Calvario la panorámica y el skay line hellinero son de una gran belleza visual y pictórica, como lo es desde la Virgen del Pino y el Cuco. También se pueden observar vistas desde la Carretera de Agra y la de Jaén y sin despreciar las de las calles Aire, Oso, Alba y Lobo en la cima del Cerro Barbudo. Una ciudad para mirar desde ella y para admirar desde el exterior.
Nota.-El texto y las fotos son mías excepto la calle del Lobo y Oso que son de Campillo y los balcones desde el Castillo que es de Sagredo y el balcón desde arriba del Rabal que es de la Plataforma del Casco Antiguo. La panorámica de la Virgen del Pino y de la carretera de Liétor, ignoro su autoría.
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