miércoles, 8 de febrero de 2023

Recordando a Carmen Martín. Juan López Docón


Carta de Carmen Martín Gaite a Juan Andujar Balsalobre 





Recordando a Carmen Martín Gaite y su obra sobre Melchor Rafael Melchor de Macanaz. 

Con motivo de un homenaje a la escritora salmantina durante la Feria del Libro

El pasado domingo se clausuraba en el Retiro madrileño la 76ª edición de la Feria del Libro, una muestra que daba unos interesantes datos, como un aumento del 8% en ventas y una facturación de cerca de 9 millones de euros.

En esta ocasión se llevó a cabo un merecido homenaje a la escritora Carmen Martín Gaite (Salamanca 1925-2000), con la reedición de seis de sus obras donde se incluye “Usos amorosos de la posguerra española” de la que se han vendido 112.000 ejemplares y realizadas 28 reimpresiones.

Según el reportaje que escribe Tereixa Constela en el diario EL PAÍS, las crueles vicisitudes de su vida familiar la apartaron de la literatura durante largos años, hasta que en 1990, viviendo en Nueva York, publicó “Caperucita en Manhattan” con medio millón de ejemplares vendidos, 55 ediciones y presencia en 14 países, para convertirla en la autora española contemporánea más leída en los campus universitarios de EE.UU, tras Camilo José Cela, según aseguraba, en este mismo diario, la catedrática de Lengua y Literatura de la Universidad de Delaware, Joan L. Brown.

Hellín no es ajena al movimiento literario de Martín Gaite, pues una de sus obras históricas de más importancia, se la dedicó a uno de los hellineros más ilustres: don Melchor Rafael de Macanaz. Titulada “El proceso a Macanaz. Historia de un empapelamiento”, publicada, por la Editorial Moneda y Crédito en el año 1970 y con una sentida dedicatoria a Rafael Sánchez Mazas.

Es una desgraciada historia, como ella misma la define, en el prólogo “A modo de justificación”, de este estadista denigrado que “mi curiosidad por completar tan confusa y arrinconada historia fue creciendo tan ardientemente que el deseo de ahondar en el inexplicable proceso que llevó a Macanaz a la fama, al destierro, a la cárcel y a la muerte, llegó a sustituir en mí a todo otro proyecto intelectual”, explicaba. Un exhaustivo trabajo que acaparó toda su atención durante casi seis años (octubre 1963-febrero 1969).

Carmen Martín Gaite, en su afán de recopilar datos sobre Macanaz visitando archivos y biblioteca, también indagó en Hellín, su patria chica, poniéndose en contacto con el Ayuntamiento, teniendo en cuanta que este organismo había editado una revista con el nombre del investigado donde se incluían trabajos de interés sobre su azarosa vida y sus obras.

Así podemos dar fe de ello con algunas de las cartas que en el mes de noviembre de 1964 cruzó con el secretario accidental en aquellos años, Juan Andújar Balsalobre, donde le agradece las atenciones prestadas, como también haber facilitado los nombres y direcciones de Jacobo Serra Martínez y Antonio Millán Pallares, por si pudiesen añadir datos de interés sobre el persona de interés



Nuestro patrimonio se viene abajo.Plataforma casco antiguo.

Nuestro patrimonio se viene abajo.

El paraje de Fuente Principal de Hellín está considerado como uno de los primeros asentamientos humanos de nuestra localidad y de ello dan fe los restos arqueológicos conservados en el MUSS que datan del Achelense - Paleolítico inferior (500.000 a 125.000 a.C). Con posterioridad tenemos constancia de una villa romana en sus cercanías en la cual se descubre el Mosaico de las Estaciones y los Meses actualmente ubicado en el Museo Arqueológico Nacional y unos baños romanos todavía por excavar correctamente.

Nuestros ancestros han aprovechado esas aguas conduciéndolas inicialmente mediante acequias de tierra. En el Archivo Municipal de Hellín se conservan escrituras de propiedad desde el siglo XVI y un plano de 1750 del expediente de obras de la tapia perimetral construida para proteger el agua de los animal y sus excrementos y los vertidos en general. En 1917 se construye una tubería de hormigón que lleva el agua hasta los partidores. En las fotografías del vuelo fotográfico de Ruiz de Alda de 1929 ya aparece la surgencia de agua de la Fuente tapiada en todo su perímetro y hasta hoy se ha conservado. Y decimos hasta hoy porque parte de esta estructura se ha venido abajo posiblemente ayudada por las últimas lluvias.

Esperamos que sus propietarios, la Comunidad de Regantes Fuente Principal y Pozo Contreras y las administraciones se pongan pronto manos a la obra para su reparación y posterior consolidación.

martes, 7 de febrero de 2023

Idilio, poema de Mariano Tomás López por Juan López Docón. .



Mirando en mi archivo encontre este poema de Mariano Tomás López  que aquí les traigo :



IDILIO

Para la primavera cuando,
 ya forecian los rosales,
y la alondra viajera.
cantaba en los bancales,
donde amarillealan los trigales.
i con qué alocado gozo
cruzaba los caminos de mañana!
Era mi tiempo, mozo.
Era mi edad temprana,
¡ y era tan dulce y bella isabel-Ana!
Para Enero. Isabel,
ya no vendre al cortijo-le decía,
ni tu estáras en él. 
Ella se sonreía, 
y de rubor su rostro se teñia.
Platica de amores,
cruzabanos del prado hasta el otero;
ella cogia flores,
y me decía quiero que en la casa,
 haya huerto y gallinero...
Junto a una  fuente,me dio  sed el camino  me decía.

Dolor de Virgen.José Martínez Olivares

Dolor de Virgen:
La belleza serena
De capuchinos

Semana Santa,
Túnicas y tambores:
Es el Calvario

La luna llena
Guía todos los Pasos
El Jueves Santo

Su bello rostro
El dolor nunca altera
¡Diosa hellinera!
Las piernas flojas,
Sueño y dolor de manos:
Es el Calvario

El café caliente
Despeja los caminos
De los sueños

¡Qué maravilla!
Vagar por el Calvario
El Viernes Santo

El joven Juan
Señala el Camino
A creyentes

José Martínez Olivares

lunes, 6 de febrero de 2023

La balsa capote.José Martínez Olivares

La balsa Capote

Juana tiene quince años y hace uno que pela la pava con Eugenio, el chico de la calle Soledad que conoció un año atrás en la verbena de San Rafael, y hace poco que sirve de moza en la casa de la calle Guardias. Aunque reserva sus horas libres al adolescente que puebla sus sueños, comparte algunas con las amigas, sobre todo con la Pepica de la calle del Aire en el cerro Barbudo, esa calle con ínfulas de nido de águila que se acerca al cielo y rivaliza con la cumbre del Pino que se observa desde la cima.

La balsa Capote, se encuentra en la base del Cerro del Pino y ejercía sobre su amiga una fascinación que venía dada de las leyendas que sobre ella se trasladaba de forma oral. Nadie sabía desde cuando existía, ni cuando sus aguas ahora ponzoñosas, reflejaban como un espejo los cielos de azul purísimos con que solía vestirse Hellín.

Algunos se bañaban en estas aguas entonces putrefactas, llenas de cadáveres de perros y gatos. Juana después de la experiencia en la balsa del Renco que casi le costó la vida, se había vuelto de secano y no necesitaba la intimidación de la famosa leyenda de la bicha que como en otros lugares y con otros nombres, evita que los niños se bañen y puedan ahogarse en sus aguas. Nadie había visto nunca a la bicha, aunque todos la cantaban y cualquier croar de rana o chapoteo daba lugar a temor.

Temor que se vio reforzado un año atrás, allá por el año 1895, el año de la pérdida del resto del imperio colonial un joven de 24 años llamado Esteban Ruiz Rojas guarda muelles de la estación ferroviaria se ahogó mientras se bañaba con unos amigos en la balsa. El desdichado joven procedía de Ciudad Real, donde vino destinado a esta estación, era el único sostén de la madre, ya que, del resto de los hijos, el mayor guardia civil, estaba casado y el menor sirviendo en Cuba. Mal año para servir en la isla del Caribe y que daba escalofríos a Juana pensando que su novio Eugenio, entraba en quintas al año siguiente.

Pero lo que fue motivo de temor y rechazo para la mayoría de niños y adolescentes, esta noticia, acrecentó la fascinación de la Pepica. Un día que Juana fue a su casa de la calle del Aire a visitarla, le sugirió que fuesen a la balsa.

_ Sólo para verla Juanica. Anda, no seas mala, me muero por ganas de pasear por el borde del Pino y visitarla.

_ ¡Odo! ¿Y la bronca de mi mama si se entera qué?

_Qué se va a enterar. Anda, no seas sota.

_ ¿Y no te parece que ya somos grandes para estas aventuras? Mi mama la Engracia dice que ya tengo edad para tener pájaros en la cabeza.

_ ¡Atiuste! ¿Y las ilusiones qué?

_Las ilusiones se te quitan lavando y fregando todo el día y aguantando los caprichos del señorito.

_¡Alumbra! Pues mi agüelo dice que la curiosidad aviva la mollera.

_ Pues la Engracia dice que la curiosidad mató al gato.

_ Mucha repalandoria tienes hoy Rubia, le pareces a mi mama, que tiene reproches para todo. Como dices ya somos grandes para tener ilusiones y caprichos que son cosa de gente con perras, sin embargo, tenemos cierta autonomía que no pueden ni deben de reprimirse y que no hacen daño a nadie.

_¡Arrulia! Pareces el párroco de la Asunción con el sermoneo Pepica. Cuando te da un abarrunto eres como un agonías. Sí, vamos a dar un bureo por la balsa ante de que me dé un aciconque.

A la humedad de la balsa, crecían cañaverales donde los chiquillos se proveían de material para fabricar los canutos con los que zaherir a los amigo/enemigos circunstanciales con los huesos de las almecinas que recogían en los escasos pero frondosos almeces de las huertas del pueblo. El aspecto de la balsa era deplorable y las aguas verdosas carecían de trasparencia. Era imposible precisar la profundidad y el hedor que desprendían era motivo suficiente de rechazo. No hacía falta de leyendas, pensó Juana. La Pepica como si estuviera leyendo sus pensamientos, dijo:

_Pos pijo. Vaya porquería de balsa. Y pensar que yo estaba ansiosa por verla y soñaba con bañarme aquí. Hay que tener cabeza de chorlito para pensarlo.

_Ya se te a quitado el engolosineo. Te darás cuenta de que solemos desear lo que se nos prohíbe y que raras veces se aproxima a lo que pensábamos.

_Te pareces a una vieja Juana ¡vaya parloteo!

_ ¡Odo! Tengo poco vivido, pero mucho aprendido. Mi abuelo Nastasio me dice que me fijo mucho.

_ Más que un búho y también un poco trápala con mucha repalandoria.

_ ¡Alumbra! y tú un poco almorchón. Que te cuesta mucho aprender. Solo entiendes a base de palos como el perro de un arriero.

_ Já, já, já. ¡Qué cacho de jumento estás hecha Rubia! Lo que si te digo es que yo aquí no me meto ni muerta.

Años más tarde Juana recordaría estas palabras premonitorias de su amiga.

José Martínez Olivares

La iglesia de Santa María de la Asunción.José Martínez Olivares.

 La iglesia de Santa María de la Asunción



La iglesia de Santa María de la Asunción,  fue construida en el siglo XVI. Es un templo  columnario que aunque Elías Tormo lo encasillaba en las iglesias de salón (hallenkirchen) levantinas, por su estructura de grandes columnas, difiere de las del Salvador de la Roda, San Juan de Albacete o San Blas de Villarobledo en la distinta altura de las bóvedas laterales y la principal. La planta rectangular consta de tres naves y cinco  tramos, con cabecera poligonal, sin crucero y unas  proporciones catedralicias. 


Las naves están separadas por columnas cilíndricas de gran tamaño, con basas clásicas y capiteles prismáticos con adornos de bolas. Las naves laterales se cubren con bóvedas de crucería y la principal con terceletes. La cabecera de misma altura que la nave principal, es poligonal ochavada y se cubre con bóveda estrellada de seis paños, en dos de los cuales se abren óculos para iluminación, al igual que las ventanas apuntadas situadas en la parte superior de los intercolumnios de la nave principal. Si en las naves laterales, el lenguaje artístico es gótico, en los arcos de acceso a la principal y su bóveda, ya nos hablan del renacimiento.


La construcción de  las capillas laterales (la de  San Ildelfonso, la  de San Antonio de Padua, la de la  Inmaculada, la del Sagrado Corazón, la de  San José  y la de la Dolorosa) se realizarón  en  distintas épocas entre los siglos XVI y  XVII. Si bien se distinguen algunos detalles góticos con incluso columnas con baquetones, las capillas son en su mayoría renacentistas con bóvedas casetonadas. 


El coro está cerrado por una reja y elevado 40 cm. por encima del resto de la nave central. La ventana del fondo fue la tercera puerta de la iglesia. La sacristía tiene bóveda de cañón. Es de destacar la doble ventana con arcos de medio punto, de buena traza y buen gusto y elaborada decoración, con imposta, pilastras y cornisamento.


Capillas de la nave de la epístola: 


La Capilla de Jesús Nazareno está cubierta por una bóveda de arista. Es la base de la torre del campanario, que consta de cuatro cuerpos. El cuerpo de las campanas tiene arcos de medio punto entre pilastras jónicas estriadas. El cuerpo superior, más moderno, consiste en un tambor octogonal con arcos apuntados y rematado con cúpula de tejas vidriadas en color azul. La ermita de San Rafael en la parte superior del campanario, muestra un diseño similar.


La Capilla de La Antigua y del Corazón de Jesús, se cubre con bóveda elíptica cubierta de casetones de flores y bustos masculinos de gusto renacentista. En los medallones de las pechinas están representados los cuatro evangelistas. El arco rebajado está decorado con casetones y apoya sobre columnas estriadas de capitel compuesto. Su primera advocación tiene origen en Sevilla donde su promotor, el hellinero Esteban Pérez Osorio, fue Cónsul de la Universidad, y suyo fue el encargo del retablo terminado en 1579.


La Capilla de La Purísima se cubre con bóveda estriada sobre arco de medio punto de rosca y columnas torsadas.


Capillas de la nave del evangelio:

La Capilla de San Antonio de Padua, se cubre con bóveda de medio cañón con casetones de flores y veneras, medallones sobre el arco y pilastras jónicas. Tiene una cripta funeraria a la que se accede por la entrada de la iglesia. En ella estuvo el sepulcro del ilustre político hellinero Melchor de Macanaz (1670-1760).  


La Capilla de San Ildefonso muestra el retablo del Cristo de los Cautivos, con bóveda de medio cañón y linterna avenerada ciega, dos hornacinas también con forma de venera y arco decorado con casetones lisos se ubican en ella.


A los pies del templo se sitúa la capilla del Bautismo. La tradición exigía estar bautizado para poder asistir a la iglesia.


La entrada desde la calle Salvador se hace a ras del nivel de la calle, a diferencia de la entrada por la plaza, ya que el templo se adaptó a la pendiente del cerro del Castillo, justificándose así que la cabecera esté orientada hacia el norte en vez del tradicional hacia el este.


El arco de la calle Salvador fue necesario para desplazar el contrafuerte y ampliar el ancho libre de la calle.


La Capilla de San José se cubre con bóveda de medio cañón.


En la Capilla de La Dolorosa destaca su cúpula de forma elíptica con dos veneras enfrentadas. El arco es rebajado y se apoya en columnas jónicas.


La Capilla de las Ánimas con bóveda estrellada. En el pavimento bajo el umbral hay lápidas de sepulturas.


La Capilla de Nuestra Señora de la Soledad o del Calvario está cubierta con una cúpula elíptica con linterna perforada. La decoración incluye símbolos de la Pasión de Cristo.


La portada del acceso desde la plaza se incluye en la escuela de Vandelvira a finales del siglo XVI y comienzos del XVII. Está formada por tres calles. Los dos cuerpos que flanquean la puerta de acceso adintelada, constan de dos pares de columnas de orden corintio, entre las que hay hornacinas para esculturas repuestas recientemente, son imágenes de los evangelistas, San Pedro y el rey David. En el centro del cuerpo superior hay un relieve que representa La Anunciación del Ángel Gabriel a María. En todo el trabajo de cantería se empleó la piedra biocalcarenita, que es la más común en los edificios singulares de esta comarca. La escalinata semicircular es de la última década del siglo XIX.


El altar mayor desaparecido en la guerra civil se debe al diseño de Bartolomé Saloni, un artista todavía desconocido pero, a tenor de la entidad y calidad de la obra realizada en la parroquia de Hellín, cabe afirmar que debió desempeñar una labor fundamental en la primera mitad del siglo XVII y, posiblemente, su trayectoria profesional será mejor conocida en el futuro merced a lo que la documentación vaya desvelando. Notas localizan al maestro en la mencionada villa el 18 de Julio de 1627, titulándose escultor y ensamblador. En tal ocasión concurrió ante escribano con motivo de la muerte de Ana Martínez, su mujer, quien antes había estado casada con Sebastián Ordóñez.


La actual provincia de Albacete pertenecía en esos siglos a tres diócesis: Toledo, Cuenca y Cartagena. Hellín gozó de un siglo XVI artísticamente considerable que vio erigir el templo parroquia1 y el conventual de San Francisco, como también grandes retablos en localidades próximas como el comenzado en 1572 en Yeste con cuadros de Alonso de Monreal. Muchas de estas iglesias se vieron en la centuria siguiente decoradas y revistieron sus muros con arquitecturas doradas en madera. En Hellín se alzó un retablo acorde a la grandeza de la capilla mayor en la que se situaba la Virgen del Sagrario, embelleciendo el presbiterio, suscitando y moviendo a la devoción y reverencia y contribuyendo al esplendor del culto. Las razones enumeradas fueron las esgrimidas habitualmente cuando se erigían estas monumentales escenografías sacras en las que se procuraba la bondad y buena ley de la obra. El retablo de la parroquia de Hellín responde a la tipología difundida en España en la primera mitad del siglo XVI que tiene como elemento vertebrador la arquitectura y que Martín González define como heredera del modelo escurialense. Presentaba diferentes hornacinas que variaban su tamaño de unos lugares a otros, siendo mayores las emplazadas en el eje de simetría y, de éstas, era de superior capacidad la del primer cuerpo, reduciéndose las de los extremos hasta el punto de ser abiertamente diferentes con la disposición de dos oquedades superpuestas por calle. 


Las esculturas descansaban sobre reducidos pedestales, salvo en algún caso que eran más grandes. El comentario de Villalva y Córcoles revela la existencia de una imagen de la Virgen -Nuestra Señora del Sagrario- anterior a la construcción del retablo que posiblemente se situara en la calle central del primer cuerpo y que, en la fotografía existente queda oculta por la presencia del tabernáculos. Sobre ella estaba La Asunción, en el tercer cuerpo un Resucitado y, en el ático, había un Calvario culminando el conjunto en la forma acostumbrada. La presencia del tabernáculo obstaculizó la visión del icono mariano que se hallaba entre San Pedro sentado y con atuendo pontificio en el lado del Evangelio y San Pablo en el de la Epístola, distorsionando la concepción original del retablo que había concedido a esta hornacina mayor importancia al incrementar sus dimensiones. En su escenario lignario todo confluía para favorecer el culto a la fuerte presencia de una imagen de la Virgen de tanta devoción. Flanqueando la calle central del tercer cuerpo, se hallaban San Sebastián y quizás San Rafael, ambos dieron nombre a ermitas en la villa -una por entonces desaparecida- y es posible que la advocación de otras esculturas coincidiese igualmente con la de alguno de estos templos. En cuanto a las doce piezas de las calles externas, por su número cabría pensar que pudiera tratarse de un apostolado, pero la difícil aproximación a lo que persiste no parece indicarlo. Es posible que algún grupo de cuatro -quizá el superior- fueran los Padres de la Iglesia-. El nombre de Saloni cabe unirlo al de otros maestros de talla como Diego de Navas, Juan Bautista


La parroquia de la Asunción de Hellín tiene siete campanas, distribuidas en dos conjuntos claramente diferenciados, aunque no por su ubicación. Hay dos campanas del reloj, ambas del siglo XIX (cuartos 1859; horas 1849), que nunca han tenido badajo interior, y que por tanto no han participado de los toques ordinarios o extraordinarios. Incluso estas dos campanas están gestionadas por un ordenador propio, instalado en la antigua sala del reloj mecánico, cuya maquinaria ha desaparecido. La de los cuartos se encuentra en la sala de campanas, ocupando uno de los seis vanos de la estancia, mientras que la de las horas cuelga del centro de la sala alta o cupulín.


Las cinco campanas litúrgicas son de gran interés: dos del siglo XIX, las dos pequeñas, llamadas "Din" y "Dan", y que tampoco tenían soga para tocar desde abajo, aunque debieron existir desde antiguo, como denota la pequeña, que dice ser refundida de otra anterior de 1602. Las tres mayores son de extraordinario interés, una del XVII y dos del XVI, dignas las tres de ser consideradas cada una como Bien Mueble de Interés Cultural.


No obstante, la "campana de misa", de 1636, es de burda factura, con inscripción en mayúsculas humanísticas, y escasa decoración, mientras que las dos mayores son excepcionales campanas, decoradas con minúscula gótica y numerosos grabados, cruces y decoraciones vegetales. Ambas parecen ser del mismo año, 1585, aunque la "campana de coro", la mediana, indica como autor a Juan de Bracon, y la María o "Gorda" a Pedro de Llama.


Nota.- Mi agradecimiento a Campos de Hellín, Campaners.com e Imafronte nº16 Retablo Mayor de Hellín de Concepción de la Peña, y al libro de Elías Tormo Guía artística de Levante y Murcia sin cuyos aportes no se hubiera podido realizar este trabajo. Las fotos y acuarelas están realizadas por mi.


José Martínez Olivares

A LA VIRGEN DEL ROSARIO, PATRONA DE HELLÍN. poema de Tomás Preciado Ibáñez.

A LA VIRGEN DEL ROSARIO, PATRONA DE HELLÍN

Faro y sol de este Hellín donde respiro,
donde bebo la vida a manos llenas;
Virgen de eternidades y azucenas,
a cuya gracia virginal aspiro.

Madre a cuyo regazo me retiro
para enjugar el llanto de las penas
de esta vida de cosas malas, buenas, 
que se me pasará como un suspiro.

Que se me va pasando cada día, 
mientras la voy bebiendo lentamente,
más linfa de color que de alegría.

Sólo Tú, Virgen, regarás mi frente
con agua de esperanza, todavía
viva en mi pecho, aunque profundamente."

Tomás Preciado Ibáñez

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