La iglesia de Santa María de la Asunción
La iglesia de Santa María de la Asunción, fue construida en el siglo XVI. Es un templo columnario que aunque Elías Tormo lo encasillaba en las iglesias de salón (hallenkirchen) levantinas, por su estructura de grandes columnas, difiere de las del Salvador de la Roda, San Juan de Albacete o San Blas de Villarobledo en la distinta altura de las bóvedas laterales y la principal. La planta rectangular consta de tres naves y cinco tramos, con cabecera poligonal, sin crucero y unas proporciones catedralicias.
Las naves están separadas por columnas cilíndricas de gran tamaño, con basas clásicas y capiteles prismáticos con adornos de bolas. Las naves laterales se cubren con bóvedas de crucería y la principal con terceletes. La cabecera de misma altura que la nave principal, es poligonal ochavada y se cubre con bóveda estrellada de seis paños, en dos de los cuales se abren óculos para iluminación, al igual que las ventanas apuntadas situadas en la parte superior de los intercolumnios de la nave principal. Si en las naves laterales, el lenguaje artístico es gótico, en los arcos de acceso a la principal y su bóveda, ya nos hablan del renacimiento.
La construcción de las capillas laterales (la de San Ildelfonso, la de San Antonio de Padua, la de la Inmaculada, la del Sagrado Corazón, la de San José y la de la Dolorosa) se realizarón en distintas épocas entre los siglos XVI y XVII. Si bien se distinguen algunos detalles góticos con incluso columnas con baquetones, las capillas son en su mayoría renacentistas con bóvedas casetonadas.
El coro está cerrado por una reja y elevado 40 cm. por encima del resto de la nave central. La ventana del fondo fue la tercera puerta de la iglesia. La sacristía tiene bóveda de cañón. Es de destacar la doble ventana con arcos de medio punto, de buena traza y buen gusto y elaborada decoración, con imposta, pilastras y cornisamento.
Capillas de la nave de la epístola:
La Capilla de Jesús Nazareno está cubierta por una bóveda de arista. Es la base de la torre del campanario, que consta de cuatro cuerpos. El cuerpo de las campanas tiene arcos de medio punto entre pilastras jónicas estriadas. El cuerpo superior, más moderno, consiste en un tambor octogonal con arcos apuntados y rematado con cúpula de tejas vidriadas en color azul. La ermita de San Rafael en la parte superior del campanario, muestra un diseño similar.
La Capilla de La Antigua y del Corazón de Jesús, se cubre con bóveda elíptica cubierta de casetones de flores y bustos masculinos de gusto renacentista. En los medallones de las pechinas están representados los cuatro evangelistas. El arco rebajado está decorado con casetones y apoya sobre columnas estriadas de capitel compuesto. Su primera advocación tiene origen en Sevilla donde su promotor, el hellinero Esteban Pérez Osorio, fue Cónsul de la Universidad, y suyo fue el encargo del retablo terminado en 1579.
La Capilla de La Purísima se cubre con bóveda estriada sobre arco de medio punto de rosca y columnas torsadas.
Capillas de la nave del evangelio:
La Capilla de San Antonio de Padua, se cubre con bóveda de medio cañón con casetones de flores y veneras, medallones sobre el arco y pilastras jónicas. Tiene una cripta funeraria a la que se accede por la entrada de la iglesia. En ella estuvo el sepulcro del ilustre político hellinero Melchor de Macanaz (1670-1760).
La Capilla de San Ildefonso muestra el retablo del Cristo de los Cautivos, con bóveda de medio cañón y linterna avenerada ciega, dos hornacinas también con forma de venera y arco decorado con casetones lisos se ubican en ella.
A los pies del templo se sitúa la capilla del Bautismo. La tradición exigía estar bautizado para poder asistir a la iglesia.
La entrada desde la calle Salvador se hace a ras del nivel de la calle, a diferencia de la entrada por la plaza, ya que el templo se adaptó a la pendiente del cerro del Castillo, justificándose así que la cabecera esté orientada hacia el norte en vez del tradicional hacia el este.
El arco de la calle Salvador fue necesario para desplazar el contrafuerte y ampliar el ancho libre de la calle.
La Capilla de San José se cubre con bóveda de medio cañón.
En la Capilla de La Dolorosa destaca su cúpula de forma elíptica con dos veneras enfrentadas. El arco es rebajado y se apoya en columnas jónicas.
La Capilla de las Ánimas con bóveda estrellada. En el pavimento bajo el umbral hay lápidas de sepulturas.
La Capilla de Nuestra Señora de la Soledad o del Calvario está cubierta con una cúpula elíptica con linterna perforada. La decoración incluye símbolos de la Pasión de Cristo.
La portada del acceso desde la plaza se incluye en la escuela de Vandelvira a finales del siglo XVI y comienzos del XVII. Está formada por tres calles. Los dos cuerpos que flanquean la puerta de acceso adintelada, constan de dos pares de columnas de orden corintio, entre las que hay hornacinas para esculturas repuestas recientemente, son imágenes de los evangelistas, San Pedro y el rey David. En el centro del cuerpo superior hay un relieve que representa La Anunciación del Ángel Gabriel a María. En todo el trabajo de cantería se empleó la piedra biocalcarenita, que es la más común en los edificios singulares de esta comarca. La escalinata semicircular es de la última década del siglo XIX.
El altar mayor desaparecido en la guerra civil se debe al diseño de Bartolomé Saloni, un artista todavía desconocido pero, a tenor de la entidad y calidad de la obra realizada en la parroquia de Hellín, cabe afirmar que debió desempeñar una labor fundamental en la primera mitad del siglo XVII y, posiblemente, su trayectoria profesional será mejor conocida en el futuro merced a lo que la documentación vaya desvelando. Notas localizan al maestro en la mencionada villa el 18 de Julio de 1627, titulándose escultor y ensamblador. En tal ocasión concurrió ante escribano con motivo de la muerte de Ana Martínez, su mujer, quien antes había estado casada con Sebastián Ordóñez.
La actual provincia de Albacete pertenecía en esos siglos a tres diócesis: Toledo, Cuenca y Cartagena. Hellín gozó de un siglo XVI artísticamente considerable que vio erigir el templo parroquia1 y el conventual de San Francisco, como también grandes retablos en localidades próximas como el comenzado en 1572 en Yeste con cuadros de Alonso de Monreal. Muchas de estas iglesias se vieron en la centuria siguiente decoradas y revistieron sus muros con arquitecturas doradas en madera. En Hellín se alzó un retablo acorde a la grandeza de la capilla mayor en la que se situaba la Virgen del Sagrario, embelleciendo el presbiterio, suscitando y moviendo a la devoción y reverencia y contribuyendo al esplendor del culto. Las razones enumeradas fueron las esgrimidas habitualmente cuando se erigían estas monumentales escenografías sacras en las que se procuraba la bondad y buena ley de la obra. El retablo de la parroquia de Hellín responde a la tipología difundida en España en la primera mitad del siglo XVI que tiene como elemento vertebrador la arquitectura y que Martín González define como heredera del modelo escurialense. Presentaba diferentes hornacinas que variaban su tamaño de unos lugares a otros, siendo mayores las emplazadas en el eje de simetría y, de éstas, era de superior capacidad la del primer cuerpo, reduciéndose las de los extremos hasta el punto de ser abiertamente diferentes con la disposición de dos oquedades superpuestas por calle.
Las esculturas descansaban sobre reducidos pedestales, salvo en algún caso que eran más grandes. El comentario de Villalva y Córcoles revela la existencia de una imagen de la Virgen -Nuestra Señora del Sagrario- anterior a la construcción del retablo que posiblemente se situara en la calle central del primer cuerpo y que, en la fotografía existente queda oculta por la presencia del tabernáculos. Sobre ella estaba La Asunción, en el tercer cuerpo un Resucitado y, en el ático, había un Calvario culminando el conjunto en la forma acostumbrada. La presencia del tabernáculo obstaculizó la visión del icono mariano que se hallaba entre San Pedro sentado y con atuendo pontificio en el lado del Evangelio y San Pablo en el de la Epístola, distorsionando la concepción original del retablo que había concedido a esta hornacina mayor importancia al incrementar sus dimensiones. En su escenario lignario todo confluía para favorecer el culto a la fuerte presencia de una imagen de la Virgen de tanta devoción. Flanqueando la calle central del tercer cuerpo, se hallaban San Sebastián y quizás San Rafael, ambos dieron nombre a ermitas en la villa -una por entonces desaparecida- y es posible que la advocación de otras esculturas coincidiese igualmente con la de alguno de estos templos. En cuanto a las doce piezas de las calles externas, por su número cabría pensar que pudiera tratarse de un apostolado, pero la difícil aproximación a lo que persiste no parece indicarlo. Es posible que algún grupo de cuatro -quizá el superior- fueran los Padres de la Iglesia-. El nombre de Saloni cabe unirlo al de otros maestros de talla como Diego de Navas, Juan Bautista
La parroquia de la Asunción de Hellín tiene siete campanas, distribuidas en dos conjuntos claramente diferenciados, aunque no por su ubicación. Hay dos campanas del reloj, ambas del siglo XIX (cuartos 1859; horas 1849), que nunca han tenido badajo interior, y que por tanto no han participado de los toques ordinarios o extraordinarios. Incluso estas dos campanas están gestionadas por un ordenador propio, instalado en la antigua sala del reloj mecánico, cuya maquinaria ha desaparecido. La de los cuartos se encuentra en la sala de campanas, ocupando uno de los seis vanos de la estancia, mientras que la de las horas cuelga del centro de la sala alta o cupulín.
Las cinco campanas litúrgicas son de gran interés: dos del siglo XIX, las dos pequeñas, llamadas "Din" y "Dan", y que tampoco tenían soga para tocar desde abajo, aunque debieron existir desde antiguo, como denota la pequeña, que dice ser refundida de otra anterior de 1602. Las tres mayores son de extraordinario interés, una del XVII y dos del XVI, dignas las tres de ser consideradas cada una como Bien Mueble de Interés Cultural.
No obstante, la "campana de misa", de 1636, es de burda factura, con inscripción en mayúsculas humanísticas, y escasa decoración, mientras que las dos mayores son excepcionales campanas, decoradas con minúscula gótica y numerosos grabados, cruces y decoraciones vegetales. Ambas parecen ser del mismo año, 1585, aunque la "campana de coro", la mediana, indica como autor a Juan de Bracon, y la María o "Gorda" a Pedro de Llama.
Nota.- Mi agradecimiento a Campos de Hellín, Campaners.com e Imafronte nº16 Retablo Mayor de Hellín de Concepción de la Peña, y al libro de Elías Tormo Guía artística de Levante y Murcia sin cuyos aportes no se hubiera podido realizar este trabajo. Las fotos y acuarelas están realizadas por mi.
José Martínez Olivares