Fotografías y texto Alfredo Olivares.
MAS BASTO QUE UNAS BRAGAS DE ESPARTO
Esparto es el nombre con el que se conoce en España a unas fibras obtenidas de diversas plantas silvestres del grupo de las gramíneas, así como a las plantas mismas, nombrado en la antiguedada como lino blanco, lino ibérico o lino cartaginés
Nombre científico: Stipa tenacissima
Retazos de la Historia de nuestra tierra:
El Campus Spartarius.
Los romanos ya nombran a la franja del sureste mediterráneo CAMPUS SPARTARIUS. Esta zona, se extendía desde Cartagena, hacia el interior, hasta el sur de lo que hoy es provincia de Albacete, marcando probablemente la primitiva Vía Augusta su límite septentrional. Siendo nuestra comarca probablemente la mejor para el cultivo de esta gramínea, se cultivo y exporto esparto para cuerdas de uso naval y multitud de enseres, incluso, las sandalias de los legionarios fueron de esparto.. Los árabes lo llamaban "Halfa" y lo utilizaban en sus construcciones, y así a lo largo de todas las culturas asentadas en nuestro suelo.
Los espartales/espartizales, como tales, constituyen un horizonte de matorral de tipo mediterráneo que ha sido favorecido por el hombre, en este sentido, gran parte de los que encontramos tienen origen antrópico y no es difícil comprobar cuáles son resultado de antiguas plantaciones, con las atochas claramente alineadas.
LEGISLACIÓN:
Para conseguir una mejora en la recolección y una protección de los espartizales, se legisló en época temprana por el Estado. Publicándose desde mediados del siglo XIX una gran cantidad de disposiciones, Reales Ordenes, Reales Decretos, etc. etc
Esta regulación estuvo haciéndose hasta entrados el siglo XX, donde el 12 de enero de 1920 el Ministerio de Abastecimiento se dicta una Real Orden nombrando un Comité especial encargado de regular el abastecimiento de esparto en el mercado interior, fijando los precios, e intervenir en la exportación, informando sobre las posibles cantidades a exportar.
A partir de aquí sufre un declive el esparto como materia prima, tanto en la industria de la cordelería, como en la papelera, debiéndose importar para la fabricación de papel casi la totalidad de la materia prima. Es por ello que se intenta revalorizar el esparto y se dicta el Decreto de 28 de abril de 1933 creando la estación experimental de Hellín.
La explotación del esparto ha tenido dos períodos de esplendor en los dos últimos siglos. El segundo ocurrió en los años cuarenta del pasado, ante la imposibilidad de importar fibras foráneas y tener que reemplazar al yute.
En 1947, la población hellinera ocupada en esta manufactura llegó a 4.500 personas, de las que el 75 por 100 eran mujeres. La depreciación de la fibra, al emplearse otras artificiales y los materiales plásticos, motivó su gran decadencia actual. En 1970 solamente quedaban 12.600 hectáreas, con una producción a la baja de unos 46.000 quintales.
En 1947, la población hellinera ocupada en esta manufactura llegó a 4.500 personas, de las que el 75 por 100 eran mujeres. La depreciación de la fibra, al emplearse otras artificiales y los materiales plásticos, motivó su gran decadencia actual. En 1970 solamente quedaban 12.600 hectáreas, con una producción a la baja de unos 46.000 quintales.

El esparto ha sido la materia prima que nos ha acompañado a lo largo de nuestra Historia, pues ya los primeros pobladores, en la Prehistoria, la utilizaban como fibra natural para tejer.

La "Tendía". Al terminar de pesar los esparteros soltaban los haces y extendían el esparto en el suelo para que se secase durante veinte días, tras los cuales se recogían y se volvían a atar en haces y estos en "bultos" atados con "guitas" de esparto verde llamado "lías". Se transportaba en carros a las "balsas" construidas en cemento y donde los "balseros" depositaban los bultos bien colocados para que cupieran más, al finalizar se llenaban de agua quedando el esparto sumergido durante veinte o treinta días, para que la fibra se ablandase, a este proceso se le llama "Coció"

A continuación, tenía lugar el "Rastrillado", proceso por el que se peinan las fibras de esparto en rastrillos de púas de acero que separan los haces de fibra de sus hojas, despojándolos de sus partes leñosas. Esta operación desprendía un polvo continuo que los rastrilladores inhalaban provocando una enfermedad respiratoria llamada "espartosis". El proceso finalizaba con el "Hilado", que consiste en una rueda de madera movida por un "menaor" normalmente un niño que hacía girar unas carruchas donde se enganchaban las fibras de esparto.


Aún se siguen haciendo de pleita de esparto dos utensilios de uso común en nuestra tierra como son las esteras para las prensas de las almazaras y las cinchas para hacer queso manchego.
No hay comentarios:
Publicar un comentario