A ESAS MADRES...
Hay madres que hoy estarán con sus hijos celebrando un día especial. Harán con todo su amor esa comida favorita y compartirán un tiempo que es oro. Y posiblemente esos hijos tendrán prisa para marcharse a otras cosas.
Hay otras madres que, están en el cielo, y, sus hijos miraran las estrellas que brillan presintiendo su presencia cerca y enviándoles un: felicidades mamá. Porque no tendrán la oportunidad de ese encuentro físico. Porque solo les queda la esperanza de que las estrellas les arrulle el corazón.
Y hay otras como la mía que, están en la tierra, pero no están. Que no conocen a sus hijos, ni saben que día es, ni cuál es su nombre, ni si hace frío o calor.
La vida nos sorprende con situaciones inesperadas que nos obligan a cuestionarnos nuestras creencias y a encontrar significado en circunstancias difíciles.
Pocas situaciones son más conmovedoras que la de una madre que está en otro mundo paralelo.
Y sin embargo, las personas que las queremos encontramos un inesperado sentido de vida y una valiosa lección sobre el amor, la perseverancia y la fuerza del espíritu humano.
Y solo me cabe decir que, aquellos que hoy podéis abrazar a vuestras madres, comprendáis que la existencia es frágil y que no debemos dar por sentado el tiempo que tenemos junto a nuestros seres queridos. Por eso no hay que tener prisas.
Apreciar los momentos cotidianos y expresarles el amor y la gratitud que sentís hacia ellas.
Hoy es el día en el que cada encuentro, cada abrazo y cada risa se vuelven únicas, preciosas y significativas, disfrutando de una comida familiar, compartiendo amor, o simplemente teniendo una conversación tranquila, porque cada momento se convierte en una oportunidad para crear recuerdos duraderos. Y el día de la madre deben ser todos los días del año.
Hoy es el día de sentirte privilegiado si tienes cerca a tu madre.
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