Opinión de un forastero.por Juan de Dios Aguilar
Han sido muchos los foráneos que, admirados por los bellos contrastes e impresionantes aspectos que ofreció, de siempre
nuestra Semana Santa, dejaron constancia de sus impresiones en bellos artículos que, en diversas épocas, aparecieron en los semana-
rios locales y a veces en las publicaciones provinciales y hasta nacionales.
Revolviendo en el baul de los recuerdo, hemos encontrado el escrito que vamos a reproducir, debido al depurado estilo literario que poseia
D. Juan de Dios Aguilar, maestro nacional que durante la década de los años veinte, convivió con nosotros. EI artículo de referencia es el siguiente:
AMBIENTE INTROITO
Es, en Hellin, tan sugestiva la Semana Santa que después de estar muchos años sacando de tan hermosa cantera infinidad de bellas páginas sigue la fiesta típica y sagrada dando motivos y
sugestiones para cantarla.
Yo, sin embargo, nada nuevo sabré decir de ella, pero no quiero dejar de rendirle el tierno homenaje de unas modestas cuartillas mias,
ANTES
Desde muchos dias antes, todo en Hellin habla ya de la bella fiesta que se avecina. Diriase que hay en el ambiente perfume de romero bendito y las palmas albas del Domingo de Ramos, del incienso oloroso de Sábado de Gloria.
Se ha poblado el aire de broncos ruidos de tambores y vibrantes sonidos de clarines: los ruidos son paladines de la tipica jornada. Preparan,así, los brazos y los labios que han de ser incansa-
bles en su día. (Estos tambores y estos clarines estuvieron silenciosos y olvidados todo el resto del año).
Se ven, en algunos talleres, colección de báculos brillantes, refulgiendo al sol sus oros y platas.
Parecen esperar a una teoria de penitentes que los empuñarán camino a Tierra Santa.
Es, en otros sitios, donde surgen amplias series de esbeltas cruces que evocan los agobiados nazarenos que habrán de desfilar en procesión.
Y se arreglan las calles y se engalana la Ciudad, para que sea más bella a los ojos de los miles de huéspedes que la han de visitar.
Surgen en El Rabal, airosos arcos, colgaduras artísticas, fantásticas iluminaciones, escudos yvgallardetes.
Y la Semana Grande, empieza ...
INTERMEDIO
Quédese para mejor cortadas plumas hablar de cuadros tan brillantes. Ya lo hicieron admirablemente Francos Rodriguez, Artemio Precioso, Rogelio Hermida, Manuel Cassola, Picatoste, Alberto Prats, Manuel Onate, Mariano Tomás, y tantos otros cuyo talento supo vibrar al conjuro de tan bellas perspectivas
..
DESPUES
Pasaron las fiestas y cesó el ruido de los miles de tambores, se apagaron las músicas, se diluyó en el aire el sonido quejumbroso de las saetas y el eco del último estampido de las tracas
El pueblo, este pueblo noble y laborioso que,todo el año, sabe cantar la diaria canción del trabajo, después de unos dias de religiosas emo-
ciones y regocijos reconfortables, vuelve al sagrado rimar de la faena diaria.
En el campo se ha hecho la primavera. Los almendros y albaricoqueros han florecido y simulan una nevada que viste de gala el arbolado.
También en los corazones de muchas hellineras guapas, hay florecillas blancas, durante las fiestas floreció, en ellas, el amor
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