lunes, 12 de diciembre de 2022

Falleció la actriz Maria Fernanda D,ocón. Juan López Docón

Falleció  la actriz Maria Fernanda D,ocón


María Fernanda Conejos Gómez D'ocón  es una de las grandes damas de la escena española; también ha participado en míticos programas de televisión y, en menor medida, en el cine.

Durante más 10 años, fue primera actriz del Teatro María Guerrero, dirigida por José Luis Alonso. Allí protagonizó Misericordia, la obra que la encumbró.

A lo largo de su extensa carrera, ha merecido el reconocimiento de crítica y público por sus interpretaciones. Cerca de 50 premios lo avalan: entre ellos, el Nacional de Teatro, el Miguel Mihura, el Margarita Xirgu, el Ercilla o el Mayte.

La actriz que nunca quiso serlo

Nunca soñó con dedicarse a la escena; sin embargo, el destino había previsto que María Fernanda Conejos Gómez (Valencia, 1937) se convirtiera casi en su adolescencia en María Fernanda D’Ocón. Hija de una familia acomodada, formada en el Liceo Francés y con talento para la música y el canto, siguió el consejo de uno de sus profesores para acudir al curso de interpretación de Carmen Seco, en el Real Conservatorio de Arte Dramático. Su maestra le cambió no solo el apellido paterno por el de otro de sus antepasados, sino también un futuro abocado a ser ama de casa y madre, que era lo que la aplicada alumna deseaba.

A la salida de una de sus clases, se le acercó un compañero para proponerle protagonizar una función del Teatro Español Universitario. Con el consentimiento de sus padres, aceptó: tenía 15 años y una alegría ante la vida que, a pesar del paso del tiempo, aún conserva.

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Tras aquella obra del TEU, se cruzó en su camino un joven actor llamado Mario Antolín, con quien formaría su propia compañía… y al que daría el sí ante el altar en 1959. Fue la insistencia de su marido por lo que María Fernanda D’Ocón aceptaría a regañadientes el papel principal de Maribel y la extraña familia: “Acabábamos de regresar de la luna de miel y yo solo quería ser la mujer de Mario. Él dirigiría la obra en una gira por provincias y, ante mi negativa a participar, me dijo que tendríamos que buscar a otra actriz para que lo hiciera. Lloré mucho, pero al final lo hice. Desde entonces, toda mi vida he sido actriz”. De aquel trabajo guarda grandes recuerdos y un hito en su trayectoria: su primer reconocimiento público, el Premio de la Crítica de Barcelona.

A partir de ahí, a lo largo de su amplia carrera, vendrían colaboraciones con prestigiosos directores de escena, como Miguel Narros, Adolfo Marsillach, Narciso Ibáñez Serrador, Ángel Fernández Montesinos y, por supuesto, su adorado José Luis Alonso, que la convirtió en primera actriz del teatro María Guerrero durante 10 años. “Reconozco que los directores siempre han confiado en mí”, confiesa la actriz. “O tal vez me han llamado cuando ya estaban de acuerdo con mi forma de hacer”.

Ahora bien, ¿cuál es ese “método D’Ocón” que tan grandes ratos ha hecho pasar a quienes la hemos contemplado sobre las tablas? “Siempre me he nutrido del texto, de mi sensibilidad y de mi vitalidad. Nunca he tenido otros referentes que no fuera yo misma, para bien o para mal. Si he aceptado un papel, es porque ya había conectado conmigo, porque había entrado dentro de mis vericuetos. Siempre he amado a mis personajes en escena, pero cuando caía el telón, se quedaban allí. Ninguno me ha hecho cambiar mi pensamiento o mi forma de ser; nunca me han marcado, si acaso he sido yo quien lo ha hecho con mi manera de interpretar”. Aprender la letra hasta hacerla suya para que las palabras fluyan naturalmente, una voz inconfundible y una emotividad expresada con todo su ser, en especial, con sus manos y sus ojos: con estas claves nos ha regalado obras imborrables, como Antígona, Juan Gabriel Borkman, La dama duende, El círculo de tiza caucasiano, Marta la piadosa, Yo me bajo en la próxima, ¿y usted? o La hoja roja. Drama, comedia, tragedia, sainete o teatro musical, el talento de la D’Ocón siempre se ha atrevido con todo, obteniendo el refrendo de espectadores y críticos. “Cuando acababa la función el día del estreno, corríamos al café Gijón o la cafetería del María Guerrero para ver qué decían los periódicos. La verdad es que no recuerdo ni una mala; quizá es que esas no llegaban a mis manos…”, recuerda con el humor que la caracteriza.

Mención aparte tiene Misericordia, la función que la encumbró definitivamente y que representó en dos etapas muy distintas de su vida: la primera cuando apenas había cumplido 30 años, un reto complejo ese de llevar a escena a Benina, ese complejísimo personaje galdosiano “Cuando José Luis Alonso nos leyó la obra a toda la compañía, supe que sería el personaje de mi vida. Porque Benina es una vieja niña o una niña vieja, y eso es algo que encaja con mi forma de ser, de mirar. ¡Me regaló noches fantásticas!” Y premios, muchos premios. A pesar de contar con los más prestigiosos galardones que una actriz pueda anhelar, ella sigue recibiéndolos con sorpresa, gratitud y mucha ilusión: “Los premios me llevan a la infancia; para mí son como una gran tarta que me dan porque he sido una niña buena”.

Desde hace unos años, su presencia en los escenarios ha sido menor. Dice que los jóvenes ya no saben quién es la D’Ocón porque los actores de su generación no eran famosos, como mucho, “grandes de la escena”. Sin embargo, aún son muchos los que la recuerdan, no solo por su trabajo dramático, sino por su participación en icónicos programas de Televisión Española, como Estudio 1, La mansión de los PlaffEl televisor, uno de los episodios de Historias para no dormir, o el concurso 1, 2, 3, responda otra vez. Público fiel que la admira y la echa de menos y a quien ella siempre ha respondido con su talento: “Yo no haría teatro si no existiera el público ni los aplausos. Al levantarse el telón, nadie imagina lo que supone sentir que todas esas sensibilidades están contigo. Y sentir la necesidad de exprimirte al máximo, y de darles tus lágrimas, tus risas, tu yo…”. Por todo ello, gracias, D’Ocón: aunque aún hoy siga pensando que lo que siempre quiso fue ser solo una buena madre y ama de casa…


Ver más

Bubu (Teatro Reina Victoria de Madrid, 1961)
http://teatro.es/catalogo-integrado/bubu-855586-10

Romanoff y Julieta (Teatro Reina Victoria de Madrid, 1961)
http://teatro.es/catalogo-integrado/romanoff-y-julieta-855546-10

¿Conoce usted a su mujer? (Teatro Recoletos de Madrid, 1962)
http://teatro.es/catalogo-integrado/conoce-usted-a-su-mujer-601604-4

Antígona (Teatro Cómico de Madrid, 1963)
http://teatro.es/catalogo-integrado/antigona-602375-4

El arrogante español o Caballero de milagro (Teatro Español de Madrid, 1964)
http://teatro.es/catalogo-integrado/el-arrogante-espa%C3%B1ol-o-caballero-de-milagro-601668-4

La sirena varada (Teatro Bellas Artes de Madrid, 1965)
http://teatro.es/catalogo-integrado/la-sirena-varada-619890-4

La dama duende (Teatro María Guerrero de Madrid, 1966)
http://teatro.es/catalogo-integrado/la-dama-duende-609199-4

Dulcinea (Teatro María Guerrero de Madrid, 1971)
http://teatro.es/catalogo-integrado/dulcinea-602378-4

El círculo de tiza caucasiano (Teatro María Guerrero de Madrid, 1971)
http://teatro.es/catalogo-integrado/el-circulo-de-tiza-caucasiano-602968-4

Misericordia (Teatro María Guerrero de Madrid, 1972)
http://teatro.es/catalogo-integrado/misericordia-602379-4

La hoja roja (Teatro Alcázar, 1986)
http://teatro.es/catalogo-integrado/la-hoja-roja-599509-4

Leticia o El perejil del amor (Teatro Rojas de Toledo, 1989)
http://teatro.es/catalogo-integrado/leticia-o-el-perejil-del-amor-600048-4

Yo me bajo en la próxima, ¿y usted? (Teatro Bellas Artes de Madrid, 1995)
http://teatro.es/catalogo-integrado/yo-me-bajo-en-la-proxima-y-usted-600215-4

Tartufo (Teatro Cervantes de Málaga, 1998)
http://teatro.es/catalogo-integrado/tartufo-603079-4

 


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