Don Víctor Serena
Conocí a Don Victor Serena, alcalde de Hellín, en abril de 1982. Yo tenía 17 años. Hacía meses que rumiaba una idea, un tanto descabellada para la España de aquella época: estudiar la música medieval del camino de Santiago, preparar con la investigación un programa de concierto y hacer una “Peregrinación musical” tocando por los principales enclaves de la Ruta Jacobea. Era aquel un Año Santo Compostelano y nosotros, un pueblo del Sudeste de España, queríamos participar o contribuir de esta manera a esa fecha señalada.
Tras discutirlo con mi grupo de aquella época, Iluni Mvsica, elaboré un dossier escrito en mi máquina Olivetti a dos tintas, roja y negra, con profusión de datos y fotos que llevé al Ayuntamiento y dirigí en registro al alcalde en persona.
Queríamos conocer las músicas de los antiguos Códices Calixtino, Huelgas, Cantigas de Santa María o bucear en los Antifonarios de Silos o de San Millán de la Cogolla. Pero sobre todo, queríamos vender música de esa España atávica desde Hellín y hecha por gentes de Hellín.
Para mi sorpresa, a los pocos días de presentar el dossier me llamó el alcalde, Don Victor, por teléfono y me citó en su despacho. Me dijo que había un pleno el próximo viernes e iba a presentar mi propuesta a debate, pero que yo tenía que defenderla y argumentar el porqué debía recibir dinero del Ayuntamiento, como pedía, para poder ponerla en práctica. Y así hice, argumentar ante los ediles por qué debían apoyarme. Recuerdo que les dije, entre otras cosas, que había contactado con el Arzobispo de Santiago, Monseñor Ángel Suquía , para comentarle nuestro proyecto, y al que me crucé por la calle en Santiago en mi viaje de estudios de COU de ese año, y que no tuve reparo en abordar para decirle de dónde venía y qué queríamos hacer: una Peregrinación musical a Santiago por la Ruta Jacobea ofreciendo conciertos a lo largo del camino con música medieval, idea que por cierto le gustó y me invitó a poner en práctica.
Y sí, logré el apoyo de todos los grupos, salvo uno que ha gobernado muchos años y que me dijo por medio de su portavocía que no estaban de acuerdo en que se me diese dinero “para irnos de vacaciones”. Conseguí una ayuda de 35.000 pesetas y el, digamos, tutelaje de la Concejal de Cultura, Doña Marisefa Andújar.
Una vez estudiadas esas músicas y preparado el concierto, lo ofrecimos en Hellín en septiembre de 1982. A la par que íbamos logrando cumplir nuestros objetivos, informaba regularmente a la concejal de Cultura de nuestros progresos, de tal manera que para mi sorpresa, me volvió a llamar el alcalde para decirme que había gestionado una ayuda de la Diputación Provincial de Albacete ¡de 100.000 pesetas! para ayudarnos con nuestro proyecto en su fase práctica en el camino de Santiago y que, además, me dejaba usar el teléfono oficial del Excmo Ayuntamiento de Hellín para conseguir que nos invitasen a tocar en los lugares más emblemáticos del Camino. Y sí, llamé a muchos sitios; el 16 de octubre de 1982 partimos los ocho integrantes del grupo con nuestro instrumentarium a la Ruta Jacobea. Y conseguimos dar conciertos muy bien publicitados e incluso pagados en Estella (Navarra), Logroño, Burgos, Frómista (Palencia), León, Astorga y Santiago de Compostela y en marcos históricos maravillosos, y visitar Santo Domingo de Silos e incluso cantar gregoriano junto al famoso Coro de Silos; hasta inauguramos con gran éxito de público y crítica la temporada de conciertos 82-83 de Logroño. Sí, fueron 17 días llevando el nombre de Hellín por toda la España Histórica y, sobre todo, haciendo patria chica.
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