Cuando era pequeña creía que la vida era eterna y que mis padres y las personas que me acompañaban estarían por siempre.
El tiempo nos saca de nuestro mundo ideal y nos muestra las garras con las que, en ocasiones nos pega un zarpazo.
Es entonces cuando valoramos el sentido de todo, y la importancia de nuestros padres.
Y creo, que pocas cosas son más hermosas que una madre. Lo más parecido a las hadas…
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