Ser Dolores en Hellin. Por J.J. García Carboneil
Mi amigo Angel Carrilero Honrubia, jubilado de algunas tareas, pero no de la su amor y la de cultura , me contaba en estos dias que se acordaba mucho de Hellin y de su gran escritor Mariano Tomás .
Me recomendo él . Y me lo confirmó
Paco Fuster que leyera "Samana
de Pasión " excelente novela de
Don Mariano Tomás sobre su Hellin , que
viene al pelo en estos dias.
También Angel, al hilo de la conversación pondorodome el ingenio de Mariano Tomás , me recito ésta "quintilla que, como
dedicatoria, puso el escritor a una
joven en su libro:
"Pasa Dolores Marin,
Una mocilla de Hellin.
Ser de Hellin y ser Dolores
es nacer en un jardin y creciendo
una Flor entre flores"
En esta Semana que se corona
con ol Domingo de Rerurrección,
Todo ha sido en Hellin amor. dolor,
flor, tambor y poesía. Hasta lo
Virgen Dolorosa se habra sentido
una mocilla de Hellin . Cuando el
viernes la he mirado en la penumbra del templo, tenía estrallas en sus mejillas . A la noche las estrellas hablan buscado los ojos de las hellineras, tan bellos como misteriosos. La Semana Santa de Hellin es
en la noche embrujo, en el dia ilusion y muchedumbre, y al llegar el Domingo de Resurrección , un abrirse de Gloria entre el vuelo jubiloso de las palomas .Se queda
chico Hellin a fuerza de ser grande
estos dias. Y en muchas cosas
siempre . ¡Que razón tan grande la
de Mariano Tomás !.
Y él tamborilero , ¿Qué ?.
El tamborilero tiene para mí recuerdos agridulces, como vestigios del recuerdo de un amigo tamborileto que perdí . Asistí hace
años a la inauguragion del monumento al tamborileros , con tres figuras magistrales salidas de la mano del gran escultor de Hellin Francisco Ruiz Oliva, respondiendo al deseo del excelente escritor Antonio Moreno, hijo amante, tambien de este pueblo luminoso.
Siempre me ha parecido que una de esas figuras la del niño tamborilero, era un niño Jesus tocando el tambor . En el monumento al tamborilero estampó un verso
un verso de ese viejo amigo tamborilero qué perdi, Tomás Preciado.
Tomás escribio y allí están talladas en
bronce:
"Tambor, tambor hellinero ,
al que mi sangre se aferra,
para cuando muera quiero
yacer aquí en esta tierra
como un buen tamborilero."
En todos mis viajes a Hellin hago
una parada en el monumonto al
tamborilero. El hierro se ha hecho
arte y ternura en las tres figuras,
mientras los versos de Tomás
proclaman su amor a la tierra
donde nacio y vivió y a ese
símbolo de ella que es el tambor. Y
que en su Hellin yace.
Ser mujer en Hellin sigue siendo,
como escribio don Mariano Tomás :
"nacer en un Jardin y crecer flor
entre flores"
Por eso quien visita Hellin se
siente tamborilero en su sangre
jardinero en su corazón.
Del diario La Verdad " edición
de Albacete , del 7-4-1995
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