NUEVO LIBRO
Qué ilusión y a la vez, qué vértigo y responsabilidad dedicarle a nuestro pueblo otro libro. Y siempre pienso en mi padre y, en lo feliz que se sentiría de tenerlo en sus manos, por lo mucho que él amaba a su pueblo, su gente y sus tradiciones.
Pensé que con "Hellín la villa encantada" cerraba mi etapa literaria, afortunadamente, no ha sido así.
Y digo, afortunadamente, porque con cada nueva creación regreso a mis orígenes, a mi niñez, a tantos hellineros y hellineras queridas. Regreso a los comercios, a esos talleres artesanales de gente sencilla de los que tanto aprendí.
Esta es una hermosa historia en el escenario hellinero de los años 80.
La protagonista es Dolores, una chica nacida en los pisos de San Carlos. Lugar en el que, acostumbraba a subir a la azotea para observar la silueta del casco antiguo, e inspirarse con la cara sur de la torre del Rosario.
Agus es un chico nacido en el barrio del Calvario. La única familia que tiene es un abuelo que ahoga sus penas bebiendo en el bar Ribazo, y su abuela a la que adora y a la que acompaña a buscar caridad a la parte nueva del pueblo. Cada noche pide que su vida cambie, mirando a la cara norte de la torre del Rosario.
Los años pasan entre nuestras calles, tradiciones, fiestas..., y la magia del tambor es lo que une a unos barrios con otros.
Porque como bien dice uno de los protagonistas:
"Los tambores eran la voz del pueblo, contando historias ancestrales. Y en ese momento, el tambor se volvía místico y mágico. Era como si el sonido fuera capaz de conectar a los habitantes del pueblo con los ancestros, con su historia y su cultura. Era un momento en el que todo lo demás desaparecía, y solo quedaban los redobles retumbando en la noche y el amanecer. Mis abuelos decían que, el tambor era capaz de curar el alma, de sanar heridas profundas y de unir a las personas. Era un objeto sagrado que había sido cuidado y protegido por generaciones. Y cuando llegaba la Semana Santa, el tambor se convertía en el guardián del pueblo entero".
Agradezco a esas familias que, con toda la confianza me han permitido que sus seres queridos que ya no están formen parte de mi novela. Mi única intención es volver a darles brillo, emocionaros, y conseguir a través de mis letras que nos encontremos en medio del rabal, jardines, cines, discotecas, pastelerías...
Y poner nombre a esa emoción que nos despierta el racatapla de los tambores.
Este libro no voy a venderlo en ninguna parte, únicamente será por encargo. Si queréis tenerlo, no dudéis en contactarme.
No hay comentarios:
Publicar un comentario