lunes, 30 de enero de 2023

Otro artículo de la Revista MACANAZ : Macanaz Y Menéndes Pelayo. ... Juan López Docón.



Mirando en mi archivo, encontre la revista literaria MACACANAZ.En el numero uno de la revista literaria Macanaz sale este escríto de JUAN GASCÓN HERNÁNDEZ. 
En el que decía lo siguiente :

Macanaz Y Menéndes Pelayo.

Quiero que se me perdone el atrevimiento, que implica discrepar. Aunque sólo sea en un punto concreto, del pensamiento de Menéndez y Pelayo.Don Marcelino es una figura venerada por todo español y por todo católico bien nacido, y si todos sin excepción le respetan y admiran, esta admiración sube de punto y se hace familiar y casi filial en las personas que, como quien esto escribe, han frecuentado incesantemente y desde niños la Biblioteca Nacional, fruto de una curiosa infantil confusión mental fué la idea que adquirir   de que ese señor que lee seutado a su entrada habia adquirido con-
sagración pétrea y estatuaria por haberae lefdo todos kos libros de la Biblio-
teca Nacional,
Todos estos recuerdos infantiles vienen a cuento de que querria evitar
todo trance que nadie me echara en cara falta de veneración o respeto a don
Marcelino, pues siempre Je estimé como quien mås.
Mas a veces, Menéndez y Pelayo, cuando todavia no era don Marcelino,
sino un mozo impulsivo, cometia injusticias, y una de las más graves, sin
duda, es la que llevó a cabo con Melchor Rafael de Macanaz, precisamente
ei fondador de la Bibliotecu Nacional, el que estableció la casa desde la
que don Marcelino irradia hoy su ejemplo y su lección a todos lo8 eetudio-
sos españoles.
Ya es cosa fuerte que le inclaya entre los heterodoxos, aunque hoy es
lugar común que ni son todos los que están ni estân todoe los que son. Y la
injusticia es casi atroz, pues a Macanaz de seguro nada le importó tanto en
su vida como el eer buen católico y cumplidor con los deberes de la Santa
Madre Iglesia ; y no sóla era cumplidor en conciencia, sino qne, como hom-
bre público, se cuidó siempre de proclamar y hacer mil protestas de su res-
peto filial para con la Iglesia.
Macanaz era español por los cuatro costados ; monárquico y defensor de
los privilegios reales a macha martillo, pero por encima -y quizå sea mejor
decir por debajo de todo eso, fundamentando toda su condueta- era un ca-
tólico sin tacha. Y esto que se afirma aqui ahora un poco a voleo quizá
pueda ser pronto demostrado cumplidamente por el Padre Juan Meseguer,
que ha emprendido abora la tarea de estudiar rigurosa y cientificamente la biografia de Macanaz, que fué enterrado con el habito franciscano y que, por lo tanto, se hace digno de estudio por todo investigador franciscano como el Padre Juan Meseguer.El joven Menéndez y Pelayo se levantó una mañana y ni corto, ni perezoso, enjaretó estas palabras, que tanto daño han hecho a la figura de Ma-
canaz y que han servido para levantar esa leyenda negra, que ahora, con
instinto certero se intenta desvanecer : Entre los leguleyoa del siglo XVWI
pocos hay tan antipáticos com o él, y vanos son cuantos esfuerzog se hacen
para rehabilitar su memoria.> Leguleyo y antipåtico son quizá los dos cali-
ficativos que más dificilmente riman con Macanaz. Macanaz fué siempre on
organizador, an proyectista y
planificador, y tengo Para
polfico y
mi qne no hay nada más opuesto al espiritu leguleyo que el espiritu politico y de iniciativa. jAntipático Macanaz, y parece totalmennte su vida digna de ser descrita por Pio Baroja! Macanaz fué un tipo vital pletórico,
en perpetua eclosión de proyectos e ideas, fué un viajero ineansable, un ompedernido perseguidor de la mayor gloria de España. Sus enemigos podrian tildarle de peligroso, de audaz o enredador, pero nadie con el minimo
viso de razón podria decir de él que fué antipático.
En el libro VI, capitalo I de los Heterodoxos ensarta Menéndez y Pelayo
un rosario de lindezas contra Melchor de Macanaz, que queremos aborrar a
nuestros lectores. La pluma de nuestro glorioso polígrafo, siempre vibrante
y vehemente, se torna ademås en eeta ocasión agria e inexorable, & Mereció
Macanaz ese terrible anatema que contra él lanza Menéndez y Pelayo en la
página 63 : Su nombre sea de cruel recuerdo entre los católicos españoles>,
Nosotros creemos sinceramente que no y estimamos urgente que se saque a
Macanaz del foso de vilipendio en qne lo sumió Menéndez y Pelayo,
Macanaz se hace simpático no sólo por haber sido el fundador de la Bi-
blioteca Nacional, sino porque fné acaso el primer planifcador de la orga-
nización de nuestra estructura administrativa ; né un defensor de la cen-
tralización que dió como fruto la organización administrativa en que hoy
vivimos. Macanaz no fué u arbitrista, sino un político, que es casi lo con-
trario. Todas las ideas de Macanaz estaban transidas de futuricidad. Poli-
tico es quien adivina lo que va a ser y contribuye a que sea. Como en la se.
milla el årbol, asi en Macanaz está prefigurada la complicada trama admi-
nistrativa en que hoy nos ha tocado vivir, El Conde de Floridablanea
pri-
unistros. anros a. .an ca
mer organizador español del Conse jo de Ministros- aprendió mucho de
, "o lambién Cah. - .
Macanaz, asi como también Cabarrús, Campomanes y Jovellanos, que fue-
ron log ine
los inspiradores de Javier de Burgos, Oliván, Ortiz de Zúniga y demás
abuelos de la ciencia administrativa española, Si log administrativistas es-
pañoles se vieran en la necesidad de designar un tatarabuelo, nadie tendría más títulos, a mi juicio, quo Melchor Rafael de Macanaz, por lo demás siempre impetuoso y joven, y que, a pesar de haber vivido noventa aïos, se le concibe siempro en plena juventud, Aunque Macanaz fué centralista, no despreció nunca la realidad viva de nuestra tradición, y asistimos abora alborozados a una época en la que quizá se pueda aplicar a Macanaz lo que ya se dice de España : Quod finis terrae fuit, centrum orbis hodie est.d


Juan GASCON HERNÅNDEZ

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