lunes, 27 de febrero de 2023

Plaza de Santa Ana.José Martínez Olivares.

Plaza de Santa Ana

Templo de mi niñez, donde aprendí a imaginar y soñar. Mi Teatro Español ¡Cuantos recuerdos!.......

Una ermita del siglo XVII que subsistió hasta principios del XX, bajo la advocación de Santa Ana, es el origen de esta plaza que ha conservado su nombre desde antiguo, excepto un pequeño periodo de tiempo en que se tituló como 13 de septiembre fecha del golpe de estado del dictador Primo de Rivera allá por los años 20. Un recurso para congraciarse con el poder, algo muy habitual en todos los lugares y que aquí no es excepción.

Tras la guerra civil, muchas calles del pueblo, rindieron tributo a los vencedores y así en el acta de la Sesión de Pleno de 19-1-1940, rezaba así: “José Alarcón Palacios, Alcalde Presidente de la Comisión Gestora del Excmo. Ayto. de esta ciudad, a la misma propone: = Que vienen figurando rotuladas algunas de las calles de esta ciudad, con nombres, varias de ellas, de evidente agravio para los principios inspiradores de nuestro Glorioso Movimiento Nacional, y otras, de plena justificación la substitución de sus nombres por lo que somete a la consideración y si procede a la aprobación de la Corporación municipal, la substitución de nombres de las calles y plazas que siguen: 

La Plaza de Pablo Iglesias por Plaza del Caudillo; la Plaza de Castelar por Plaza de los Mártires; la calle de Fermín Galán por calle de Calvo Sotelo; la calle de García Hernández por calle General Sanjurjo; la calle de la República por calle de José Antonio; la calle de Cánovas del Castillo, por calle de Martínez Parras; la calle de Pi y Margall por calle del General Mola; la calle sin nombre de reciente apertura en el llamado Huerto de los Naranjos, calle del 18 de julio; la calle de Falcón, por calle de Antonio Falcón; y la calle de Sagasta por calle del general Martínez Anido. 

= Casa Consistorial de Hellín, a quince de enero de mil novecientos cuarenta. José Alarcón, rubricado”. Y la Comisión Gestora acuerda por unanimidad aprobar la propuesta de la Presidencia…”

Esta plaza fue lugar de celebraciones taurinas, antes de la construcción de la actual plaza de Cuatro Caminos, y del Encuentro de Domingo de Gloria, antes de la construcción del recinto ferial. En su centro un jardincillo le da realce y lo preside una estatua del poeta Mariano Tomás, esculpido por otra gloria local: José Zamorano. Frente a la plaza el Asilo de los Pobres Desamparados obra de Justo Millán y que erige en su pequeño jardín a la entrada, otra obra de Zamorano que representa a la fundadora de la congregación que atiende a los ancianos, ubicada en 1981.

En un chaflán de la Plaza el bar de las Valencianas que tantas veces ha velado nuestras madrugadas y reconfortado nuestros amaneceres con su buen café y alguna que otra copa. Muchos noctámbulos y madrugadores de varias generaciones se han sentado en sus veladores o acodado en su barra. En la esquina opuesta estaban las fraguas de los Periches (grandes tamborileros y mejor gente) y la de los Ruizes muy estimados por mí por su hombría de bien y sobre todo sus hijos Domingo y Mariano mi compañero de estudios e inseparable en mis noches de estudio, exámenes y rosarios de la aurora…

Entre ambos extremos el Teatro Español, memoria colectiva de los hellineros, parte importante de mi educación sentimental, lugar donde descubrí los héroes y villanos que conforman mi imaginario sentimental, templo que me enseñó a imaginar y soñar, lugar en el que los domingos de mi niñez, acompañé a mi madre a las exhibiciones vespertinas y en las que compartimos emociones. Escenario, donde en complicidad con las sombras me identifiqué, sufrí, lloré y reí con los protagonistas y en fin, espacio que me enseño la vida y abrió mi mente a mundos insospechados. Obra ecléctica de los arquitectos albacetenses Julio Carrilero y Miguel Ortiz, construido en 1947 y con programación diaria hasta 1966. Este centro de la cultura, ha sido demolido y en su lugar, han erigido un supermercado. Muy de nuestro tiempo: sustituir el ser por el tener, lo intangible por lo material.

El Teatro Victoria, otro referente sentimental y cultural, bajo el impulso de la Fundación Teatro Victoria y el esfuerzo de algun@s esforzad@s, se resiste a la desaparición, buscando anidar en el corazón de los hellineros, un rescoldo que avive el deseo cultural. Ojala la iniciativa prospere y saque del marasmo y la inepcia cultural a Hellín.

Nota.-La acuarela corresponde al aspecto de la plaza en los años 50-60, el que más se concilia con mis recuerdos y en el que la presencia del Teatro Español, la enseñoreaba. Un edificio ecléctico, sin un gran valor arquitectónico, pero que es parte de la memoria colectiva de mi generación. En el confluían dos valores: el material, anodino para los que no lo conocieron y el inmaterial, ese patrimonio que se mide con las pulsiones del sentimiento y que no se debe de despreciar. Algo que hicieron los políticos municipales de su tiempo y que los hellineros consintieron con la inacción, la incuria y la desidia.

José Martínez Olivares

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