miércoles, 26 de abril de 2023

A LA VIRGEN DE LA SOLEDAD por Juan López Docón .

A LA VIRGEN DE LA SOLEDAD por Juan López Docón

 

Te llaman plaza chiquita

Dulce Nombre y es verdad,

porque encierras en tu ermita

a la Virgen más bonita,

Virgen de la Soledad.

En el Calvario se sienten

los gritos de la impiedad,

y la Virgen más Divina

entre la flor y la espina

lloraba su Soledad.

Ya no alumbraba la luz,

las sombras y oscuridad;

lloraba a Cristo Jesús

la Bendita Soledad

de rodillas en la Cruz.

Se oye el viento gritar

y a la rosa más preciosa

también se siente llorar:

era la Madre de Dios,

lloraba su Soledad.

Temblaba la majestad

de quebrantado dolor,

temblaban cielos y el mar

al llorar la Soledad

que era la Madre de Dios,

y no la podían hacer callar.

Hasta la aurora lloró

entre nubes se escondía

cuando miró la crueldad;

muerto el Hijo de María

lloraba su Soledad.

Eras más bonita, Virgen,

que la nieve en el barranco,

que la rosa en el rosal,

que el lirio blanco en el campo,

Virgen de la Soledad.

Detrás del Sepulcro va

la estrella más reluciente,

sus ojos parecen fuentes

llorando su Soledad.

Afligida de dolor,

envuelta en su negro manto

y al grito de la impiedad

traspasada de quebranto

lloraba la Soledad.

Brillan luceros y estrellas

sale el sol, sale la luna,

ni es de noche ni es de día,

y hasta las sombras alumbran,

que va pasando María.

Van tus ojos derramando

puras perlas cristalinas

el pueblo se va sumando

A tus lágrimas divinas,

tú dolor se va calmando.

Eres la Madre de Dios

más bella que toas las flores

más pura que el azahar,

surgen vivos resplandores

por donde quiera que vas.

El Viernes a la oración

se desbordan los pontanos

y afluyen con devoción

hasta el Sábado de Gloria

que encierran tu procesión.

Al mando de un gran pontano

que ostenta el grado mayor

va lenta la cofradía

presa de llanto y dolor

que hacen más santa a María.

Cuando una losa cubría

de Cristo la Humanidad,

quedó en el mundo María

sin tener más compañía

que su misma Soledad.

Las lágrimas de la Virgen

iban cayendo a la tierra

Y de cada una brotaba

una rosa Y una perla.

Virgen de la Soledad!

cuando pases por mi puerta

dirigele tu mirá

que tengo a mi hijo enfermo

y Tú me lo pués curar

Qué chiquitas Son tus manos,

y cómo brillan tus galas

cuando vas con tus hermanos

y te alumbran las bengalas

que te encienden Los Romanos.

No hay quien se mueva a piedad

al verme tan afligida?

iAlmas, que pierdo la vida

al sentirme en Soledad!

Virgen de la Soledad

la del corazón partido

al ver a Jesús ya muerto

en un sepulcro sombrío.

Soy Soledad en este día,

Sola, con mi Hijo Dios muerto,

Sola en su triste agonía,

Sola, en el descendimiento,

Soledad, Madre, María.

Virgen de la Soledad

no pongas el pan tan alto,

que mis niños son chiquitos

y no llegan al canasto,

pa pegarle pellizquitos.

María subió a los Cielos

a cambiar su manto azul

por uno negro de seda

por el luto de Jesús.

Con el ala de un mosquito,

la Soledad se hizo un manto,

y le salió tan bonito

que lo estrenó el Viernes Santo

en el entierro de Cristo.

 

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