Las andas decimonónicas en la Semana Santa de Hellín.
Como me gusta y apena a partes iguales disfrutar de las fotografías de tiempos pasados que a veces, o en algunos aspectos, por qué no decirlo, fueron mejores. La Semana Santa de Hellín tenía su esencia propia, de fuerte inspiración murciana, pero con toques únicos e inconfundibles.
Nuestros capirotes altos, que cada vez llevan menos hermandades de las que les eran característicos, los carricos de San Juan, Santa María Magdalena... y nuestras andas decimonónicas. Porque lo de tronos es una cosa malagueña, lo nuestro eran andas.
Esas andas pequeñas en cuanto a dimensiones de largo y ancho de la base, pero con una altura destacable, esos candelabros abigarrados de tulipas que junto a la altura debían dar una atmósfera celestial, impactante y sobrecogedora, a quienes vieran nuestras procesiones...
Me da muchísima pena que ese tipo de anda tan espectacular prácticamente se haya perdido, y es que, en la evolución a las nuevas modas, apenas las andas de la Patrona, Nuestra Señora del Rosario, y el trono de la Soledad, son coherentes a nuestros orígenes...
Ojalá que en los próximos proyectos de nuevos tronos, las hermandades echen un vistazo al pasado, sería espectacular recuperar estas andas pequeñas en dimensiones, pero espectaculares en su conjunto.
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